Florencia Canale es marplatense nata, escritora y periodista. Volvió a la ciudad a presentar su nueva novela Sangre y Deseo, la pasión Juan Manuel de Rosas y Encarnación Ezcurra en el tradicional Verano Planeta. Previo a su presentación nos juntamos un ratito a hablar con ella, risas de por medio, sobre su niñez en la ciudad, su crecimiento como referente del género de novela histórica, proyectos y algunos temas más.

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Una infancia feliz

“Amo mar del plata. Ya me escapé, cuando todo el mundo estaba en la playa yo salí a caminar” dice Florencia, y así empieza la charla que mantiene con Leemos en el hotel Costa Galana donde momentos más tarde se presentaría ante el público que ansiaba escucharla.

-¿Qué recuerdos tenés de tu ciudad?

-Andar en bicicleta como una desquiciada por las calles, mis amigas, los novios, los surfers… Rápidamente me fui de la ciudad, pero toda la infancia y adolescencia venía de diciembre a marzo o en las vacaciones de invierno a la casa de mi abuela. Era realmente esperar con ansiedad venir a acá, a esa casa que justamente hoy pasé por la puerta y me quedé espiándola. Eran tiempos muy felices, seguramente de una Mar del Plata que ya no es, una Mar del Plata mítica que es la que yo tengo idealizada. Todos los años hago lo mismo, sigue siendo mi ciudad adorada y siempre tengo la fantasía de que yo me voy a comprar algo por aquí y que vendré en los inviernos. Es mi Mar del Plata secreta, la que no sabe nadie, salvo los que viven acá.

No es la primera vez que Florencia viene a la ciudad a presentar un libro, pero ella admite que venir aquí de visitas a hacer una presentación en la ciudad que la vio crecer tiene otro peso. Su primera novela, Pasión y Traición, los romances secretos de Remedios de Escaladas de San Martín, la presentó en 2011 en el mismo ciclo de Planeta y fue cuando sintió una emoción “impresionante” que la ciudad la acobije para que ella presente su libro.

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Referente de la novela histórica

-¿Naciste en el siglo equivocado?

-Absolutamente, estoy desfasada. Soy una mujer del siglo XIX en el modo de relacionarme, en el romanticismo y en la dureza de la lucha. A veces cuesta y la realidad se transforma en algo bastante hostil.

Los inicios en la literatura de Florencia comenzaron cuando, en su rol de periodista, cubría charlas de escritores. Eso la llevó a conocer al director de Planeta, Nacho Iraola, quién la incitó a que escribiera algo para ellos. “En un momento empecé a sentir ganas de que quería escribir y ahí tenía que decidir sobre qué. Entonces apareció: yo soy descendiente de sexta generación de Remedios de Escalada, y sabía que podía arrancar escribiendo sobre ello. En un punto fui una camicace porque ahora me tenía que sentar a escribir”. Y así arrancó todo, escribió su primer libro, lo releyó  y lo presentó. Le fue tan bien que eso la llevó a la siguiente novela, y luego trajo Si Quiero un libro de amor de historias del registro civil de Buenos Aires.

-¿Cómo llevaste a cabo Sangre y Deseo?

-Investigué mucho antes de empezar, no quería tener ningún error porque soy muy obsesiva y me auto-exigí. Trabajé junto a un historiador para hacerle consultas sobre detalles y precisiones de la época y me dio, entre otras cosas, el plano de Buenos Aires de 1810. Tengo guardadas cosas que en lo personal tienen un valor incalculable. Pero nadie investiga por mí, me gusta a mí averiguar, buscar, y encontrar libros que estaban discontinuados en el mercado de usados.

-Creo que todo aquel que haya leído alguna de tus novelas, coincide en que cumplís al pie de la letra el factor de humanizar a próceres, a personajes fundamentales para la creación de lo que somos hoy…

-Claro, son semidioses por eso ejecutan de ese modo. Un hombre común y silvestre jamás podría llevar a cabo esos planes tan macro…

-Además de lo que significa la figura de Rosas, en esta novela le das un papel muy importante a dos mujeres: Agustina, su madre y a Encarnación

-Nunca hubo foco puesto en ellas y mi hipótesis es que Juan Manuel de Rosas no hubiera sido quien fue sin Encarnación. Él fue quien fue gracias a ella, si no hubiera sido Juan Manuel de Rosas un estanciero rico, guapo con esos ojos azules y punto. Pero este hombre es gracias a ella, a su perseverancia y a la construcción del mito que ella llevó a cabo. Encarnación tanto puso su cuerpo en ello que se murió en el camino, porque nadie creía tanto en Juan Manuel como ella. Son mujeres en espejo, porque son tal para cual pero enemigas íntimas.

-Como periodista/escritora tenés la encantadora capacidad de detallar absolutamente todo…

-En un detalle el mundo… Una cosa ínfima que cualquiera podría pasar de largo, para mi es el germen de una guerra mundial-ríe-. Estaba escribiendo Amores Prohibidos y aparece este asunto de Pepa regresando de Salta con su bebé y entregándoselo a su hermana y no era otra que Encarnación y Rosas. Ese niño pasaba a tratar a su tía como una madre y a su madre como a una tía. Con esta situación me di cuenta que tenía una novela, porque eso es el atajo para contar un momento histórico, para contar dos familias, para contar la sangre que corría por la ciudad.

Florencia asegura tener un vínculo fluido con sus lectoras a través de las redes sociales: “en Facebook me hacen preguntas y les respondo. Tengo lectoras que me siguen cuando me presento en Buenos Aires y se arma una relación cercana”

-Te referís mucho a las lectoras, hay hombres lectores ¿dónde están?

-¿¡Dónde están!? Si los encontramos, nos casamos con los lectores. Yo veo en un bar a un hombre con un libro y ya me parece deslumbrante y ya me quiero casar. “¡Dios mío que me converse!”, pienso. En general las mujeres son más lectoras y cuando aparece algún hombre que tiene algo para decir yo me quedo súper atenta porque me parece que tuvo que saltear todo un pudor para acercarse. La barrera está marcada, de algunos con el prejuicio de “y a ver esta” y después el otro de que se me acerquen y me digan “me encantó tu libro te felicito” Si los hombres supieran que son más interesantes con una buena biblioteca encima… Me gusta mucho cuando me siento a conversar con un hombre y él me recomienda un libro que yo no leí. Eso ya lo hace un ser superior, alguien que entienda lo que yo no entendí o alguien que te cuente el cuento para irte a dormir, ese cuento que te leía tu mamá. Confío en que hay un hombre que te pueda contar un cuento, más silenciosos estarán pero creo que existen.

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Realidad periodística actual y proyectos a futuro

-A través de Twitter tomaste una posición sobre la realidad laboral que están sufriendo muchos colegas del periodismo por despidos o falta de pago de sus salarios, te solidarizaste con ellos…

-La revista donde yo trabajo (Veintitrés) era de grupo 23, pero hace un año dejo de serlo. Conozco a muchos de los que trabajan allí y me parece tremendo pensar que alguien se quede sin trabajo en cualquier lugar, que tenga hijos y que tenga la angustia de decir ¿y ahora qué hago? No me gustaría que nadie se quede sin trabajo. Tampoco me gusta el cinismo de algunos periodistas que confunden empresas periodísticas con un simple trabajador del periodismo. Uno trabaja donde puede trabajar. Tengo amigos que viven del periodismo y hace cuatro meses que no cobran, y la verdad es que la mayoría de los periodistas estamos preocupados por la situación. Después están los periodistas que son operadores políticos para el que venga y esos no me merecen ninguna consideración.

-¿Hay proyectos literarios a futuro?

-Cuando empecé a escribir Sangre y Deseo me di cuenta que un libro solo era poco para Rosas por lo que será una trilogía: la segunda parte será sobre su mandato hasta la Batalla de Caseros y la tercera novela será sobre el derrumbe del héroe y el crecimiento de Manuelita. Será una trilogía que no necesita ser leída en continuidad, es decir se podrían leer en cualquier orden aunque yo recomiendo un orden cronológico de lectura.

@aiculfalchini