Con la idea de recuperar el espíritu navideño, la escritora Gloria Casañas acaba de lanzar su libro “Noche de luna larga: Promesa de amor en Navidad”, una historia de tiempos ancestrales donde el amor, los secretos familiares y las pasiones personales juegan un rol preponderante en la vida de los protagonistas, con la magia de la noche más larga como testigo.

La historia que recrea Casañas está ambientada en la Navidad de Massachusetts en 1891, con David Malcolm y Juliana Balcarce, hija de Elizabeth O`Connor, la maestra bostoniana que se embarcó en la aventura que le propuso Domingo Faustino Sarmiento para educar en la Argentina, protagonista de “La maestra de la laguna”.

En este libro, editado por Plaza & Janes, Juliana acompaña a su abuela Emily O`Connor a su tierra, donde la anciana quería morir rodeada de sus recuerdos en el hogar que conformó años atrás con su esposo ya fallecido, al tiempo que su nieta lleva adelante un seminario para señoritas en Mount Holyoke de Maherst, el mismo colegio de la poetisa Emily Dickinson.

En esas tierras, Juliana conocerá a David -descendiente directo de los fundadores del poblado- quien participó en las Guerras Indias, la resistencia de los nativos desde que los hombres blancos pisaron las costas del este del continente americano, y teniendo en sus espaldas el dolor de asolar a los nativos de las Tierras Malas de Dakota del Sur.

El tema no será sencillo para ambos pero menos para la protagonista femenina que descubrirá, a lo largo de la trama, algunos acontecimientos familiares que la dejarán perpleja.

Al referirse a su nuevo libro en diálogo con Télam, la autora afirma que adora la época navideña. “Siempre me gustó hacer muchos preparativos -explicó-. El correo se hacía una fiesta conmigo. Ahora la tecnología suplió esas costumbres, pero a mí me gustaba mucho leer o ver películas con temáticas navideñas para preparar el espíritu. Con ese fin escribí este libro, con la idea de volver a valorar el sentido espiritual de los festejos de Noche Buena y Navidad“, apunta la también abogada.

La escritura de Casañas es un tanto atípica, podría armar un gran árbol genealógico con sus personajes que se van entrelazando en cada nueva entrega. “Todos aparecen en mis libros y cobran protagonismo en futuros trabajos; el lector sabe de quién se trata y dónde nació su personaje. Juliana cuando apreció por primer vez era una nena”, asegura.

“A los lectores les digo que si continúo escribiendo sobre futuras generaciones, alguno de los otros va a tener que morir y yo no quiero matar a nadie, además si eso llegase a pasar me hacen un piquete”, sostiene la autora de “La salvaje de Boston”.

Al ser consultada sobre qué la inspiró para escribir esta nueva historia, Casañas aludió a la cosmovisión de los pueblos nativos del hemisferio norte. “Ellos no poseen un calendario numérico, lo que marca sus vidas son los ciclos que están relacionados con los climas, las cosechas -relató-. La luna tienen un papel preponderante, no solo en la parte esotérica sino en la vida real; tiene una fuerte influencia sobre muchas cosas como las mareas, los embarazos y tiene un significado muy profundo: es la deidad femenina antigua. Ese astro marca mucho esos ciclos en ellos y la de esta novela es la más larga del año”.

El libro está ambientado en Amherst, Massachusetts, en el lado Este de los Estados Unidos. “La navidad que recreo -explica la autora- es la Navidad blanca con la mística que sabemos recrear muy bien en la Argentina pero no vivimos realmente”.

La protagonista es Juliana, una samaritana hija del cacique Francisco y la norteamericana Elizabeth, protagonista de un libro anterior de Casañas.  Sobre su heroína, Casañas explica que “tiene un poco de cada uno de sus padres, hasta en aspectos físico” aunque aclara que su vocación “no es ser maestra” como su madre.