La escritora y abogada marplatense Laura G. Miranda acaba de publicar su cuarta novela, Más allá del mar, esta vez con la Editorial de la Universidad Nacional de Mar del Plata, EUDEM. La presentación oficial será el 16 de septiembre en la ciudad de Córdoba.

Y no es menor el hecho de que esta novela salga a la calle por intermedio de este sello. Se trata de un vínculo que implica una doble apuesta: la autora venía de editar sus libros con el Ediciones B que ahora integra el grupo internacional Penguin Random House; mientras que la editorial universitaria es reconocida por sus publicaciones en torno al ámbito académico, en general. Como quien se enamora de un amigo de toda la vida:

La Universidad Nacional de Mar del Plata es tu alma máter… y esta es una de las primeras novelas que publica su editorial, EUDEM. ¿Cómo fue el proceso de aproximación y decisión y cómo vivís esta nueva relación editorial tan especial?

-“Como bien decís la Universidad Nacional de Mar del Plata es parte de mi alma. Mi casa en muchos sentidos: allí estudié y trabajo desde hace muchos años, tengo un gran sentido de pertenencia. Mi Editorial anterior es un gigante comercial, es cierto. Sin embargo, al momento de decidir la publicación de Más allá del mar, no tenía respuesta respecto del eventual contrato. Ocurrido el premio Lobo de Mar  en diciembre de 2017, la Editorial de la Universidad me hizo un ofrecimiento y sentí que no debía esperar respuesta de nadie porque mi lugar era ese. Hoy, creo que fue una gran decisión, la mejor sin duda alguna. Vivo la relación con mi Editorial y su gente a través de un vínculo  de sentimiento, respeto, reciprocidad y equipo. Están en absolutamente todos los detalles, la comunicación es continua y esta novela ha sido construida como pieza de orfebrería. Además, me posibilitaron continuar con mi Correctora Jessica Gualco, lo cual agradezco infinitamente. Para sintetizar te digo que soy completamente feliz perteneciendo a Editorial EUDEM”.

En esta nueva novela, Laura G. Miranda cuenta la historia de Aldana Vega, una joven médica que ha hecho siempre, y sin darse cuenta, lo que se esperaba de ella. Pero en un momento definitivo de su vida toma una decisión radical que desafía su futuro y el camino que toma llega a una intersección con el de Renzo Benítez, un hombre atormentado por la culpa y el dolor, que perdió su capacidad de creer en la felicidad.

Como todas las novelas de Laura, esta también tiene un eje temático claro: los mandatos sociales y familiares y el perdón. Los personajes se encontrarán en situaciones que les harán repensar todo aquello que tenían incorporado y elegirán “abrazar la incertidumbre” pero siempre actuando de acuerdo a sus convicciones.

-Hace tiempo que estabas escribiendo esta novela, y siempre anticipaste que se trataba sobre los mandatos sociales. ¿Cómo decidiste pararte frente a este tema para escribir la historia, pero además, cómo vivís vos misma esto?

-“Enfrenté estos temas con mucha seriedad. Por un lado, creo que nadie escapa a los mandatos. Me informé, leí, investigué y llegué a muchas conclusiones. Los mandatos son silenciosos y corrosivos. Las personas conviven con ellos, a veces, con conocimiento y otras, no. Esta historia pretende ponerlos en evidencia y ofrecer opciones diferentes a través del accionar de mis personajes.  Además y siempre involucrado con la vida misma, el perdón. No es fácil perdonar y quizá sea aún más difícil perdonarse”.

¿Y en tu rol de mamá? ¿Hay forma de no imponer ciertos modos de vivir que tenemos tan arraigados?

-“En mi rol de mamá, escribir esta historia me permitió descubrir otras alternativas. Sigue siendo complejo apartarse de ciertas estructuras que parece que tenemos adheridas a la piel pero creo que es posible cambiar, crecer, comprender y mirar la vida desde la concepción de nuestros hijos que ven el mundo de un modo distinto pues están enrolados en generaciones nuevas”.

En esta novela te diste el gusto de pasearte por toda Mar del Plata y un poco más allá, como dice el título del libro. ¿Qué Mar del Plata elegiste contar? 

-“Fue algo muy intenso escribir en mi escenario, en mi lugar en el mundo una historia que transcurriera exactamente aquí. He sido fiel a mi ciudad, la escribí como la veo y manteniendo datos exactos. De hecho, me he situado en numerosos lugares de escenas muy importantes por largos ratos, a observar. La playa, las calles, el Hospital Interzonal General de Agudos, entre otros. También realice un recorrido total por la Unidad Penitenciara N°15 de Batán acompañada del entonces Director. Confieso que después de esta novela, estos espacios quedaron enlazados a mis personajes para siempre”.

@trianakossmann