La visita de Patti Smith al país, se ve enmarcada en la muestra fotográfica curada por el argentino Guillermo Kuitca, Les visitants, donde se presentan numerosas imágenes tomadas por la artista con su cámara Polaroid.

Crónica de dos horas mágicas

La sala sinfónica del CCK ya estaba abarrotada. A las 20, puntual, por un costado del escenario, apareció Patti Smith acompañada de tres hombres: Tony Shanahan, guitarrista y amigo de la artista, Guillermo Kuitca, el curador de la muestra,  y Alberto Manguel, como mediador encargado de guiar toda la velada.

“A los cuatro años mi mamá me enseñó a leer – comenzó diciendo Smith –y a partir de ese entonces no pude desprenderme de los libros”. Recordó su infancia en Chicago, creciendo rodeada de pobreza y donde los únicos juguetes que habían eran libros que su mamá le pasaba.  Y agregó, entre risas: “aun hoy no puedo ir al baño sin un buen libro”.

Entonces fue cuando se paró, tomó el micrófono y comenzó a recitar su poesía The wing Child.

O chariot of insect

O Crown of wind

Two royal leopards

On a Golden lead

Of tapered vine

O the blood sky

O the blood sky

Wine of a God

Coupling wild

O Golden seed

Who made the

Winged child

Luego siguió con su canción Wing, escrita para su hija Jesse cuando su padre Sonic murió. “Tuve un doble objetivo con esta canción: mostrarle una realidad y deseo para atravesar los momentos difíciles, y también poder disfrutar de lo hermoso que es estar vivos”, contó y comenzó a sonar una de las canciones más hermosas de todo su repertorio.

La noche continuó con Manguel leyendo un fragmento del poema de Silvina Ocampo, Informe del cielo y el infierno y con Smith siguiéndolo atenta a su traducción en inglés.

(…) Si eliges más cosas del Infierno que del Cielo, irás tal vez al Cielo; de lo contrario, si eliges más cosas del Cielo que del Infierno, corres el riesgo de ir al Infierno, pues tu amor a las cosas celestiales denotará mera concupiscencia.
Las leyes del Cielo y del Infierno son versátiles. Que vayas a un lugar o a otro depende de un ínfimo detalle. Conozco personas que por una llave rota o una jaula de mimbre fueron al Infierno y otras que por un papel de diario o una taza de leche, al Cielo (…)

Y justo después de terminar con la lectura, Manguel preguntó si creía en la vida después de la muerte a lo que ella contestó: “Creo en el movimiento y en las almas. Creo en la energía que dejamos cuando partimos. Esa energía que impulsará a los otros a hacer cosas buenas. Y espero que esa energía que algún día deje, impulse a los Republicanos”, bromeó la poeta.

Luego Smith quiso leer y recordar la carta que le escribió a su amigo de toda la vida Robert Mapplethor, justo después de que falleciera. Mapplethor fue, según la propia artista, la persona que la inspiró a llegar a ser quien es hoy. Su amistad se puede ver reflejada en infinitas fotografías que retratan toda su amistad. La carta dice así:

Dear Robert,

Often as I lie awake I wonder if you are also lying awake. Are you in pain or feeling alone? You drew me from the darkest period of my young life, sharing with me the sacred mystery of what it is to be an artist. I learned to see through you and never compose a line or draw a curve that does not come from the knowledge I derived in our precious time together. Your work, coming from a fluid source, can be traced to the naked song of your youth. You spoke then of holding hands with God. Remember, through everything, you have always held that hand, grip it hard, Robert, and don’t let go.

The other afternoon, when you fell asleep on my shoulder, I drifted off, too. But before I did, it occurred to me looking around at all of your things and your work and going through years of work in my mind, that of all your work, you are still your most beautiful. The most beautiful work of all.

Patti

Manguel continuó la presentación introduciendo diferentes escritores argentinos: pasaron por fragmentos de Alejandra Pizarnik; se leyó además el poema El Tigre de Borges y la artista lo relacionó con su preciado William Blake y el poema The Tyger.

Además cantó It´s a dream, de Neill Young y confesó: “Sueño todo el tiempo, despierta y dormida. Como escritora, cuento mis sueños. Me muevo en mundos paralelos”.

También dedicó la canción Beneath the southern cross, de John Lennon y Yoko Ono, al escritor Sam Shepard. Así mismo cantó A hard rain’s a-gonna fallde Bob Dylan, esta vez con la letra en mano. Y recordó como uno de los momentos más “horrorosos” de su vida cuando en la ceremonia del Premio Nobel, cantó para homenajear a Dylan, y se olvidó por completo el segundo verso de la canción. “Quise hacer un buen trabajo para Bob y fui humillada por mí misma”. Aunque confesó que le costó superarlo, concluyó diciendo que la “perfección no es tan importante como ser humano”.

Uno de los momentos más emocionantes de la noche fue cuando se leyó el poema Un corrector, de Cecilia Romana:

No abuses de los gerundios.

Deberías reducir

En un cuarenta por ciento

Las palabras terminadas en mente.

Después te fuiste de tu casa

Porque no soportabas vivir con una mujer celosa.

Lo último que escribí

Ya no pude mostrártelo y quedó

como estaba: excesivo, impreciso.

Like you, respondiste.

 Digo emocionante porque, además de describir este poema como crudo y real, Patti consideró que el mundo está lleno de corruptos: Gobiernos y Corporaciones. “Necesitamos seres humanos unidos en un diálogo inteligente, no basados en ideologías ni religiones, sino basados en cuestiones físicas. Todos los géneros tienen que unirse y hacer cambios serios. Además tenemos que proteger a las mujeres, tenemos que proteger a los niños, tenemos que proteger a las jóvenes, tenemos que proteger a todos. Todas las chicas tienen que poder decidir por sobre su cuerpo. Y voy a recoger esto”. Y se acercó al borde del escenario para levantar un pañuelo verde que una chica le acercó. “Esto significa un preocupación profunda. Una preocupación global” y el publicó estalló en un grito eufórico y emocionante.

Ya casi llegando al final, Manguel propuso un último poema para debatir Canción de cuna para un gobernante, de María Elena Walsh:

(…) Duerme tranquilamente que viene un sable
a vigilar tu sueño de gobernante.

América te acuna como una madre
con un brazo de rabia y otro de sangre.

Duerme con aspavientos, duerme y no mandes

que ya te están velando los estudiantes (…)

Y ya sin más, Smith quedó tan fascinada por el poema y contó que en su regreso a su país, participará en un evento solidario para promover el llamado “Gun control”  que promueve la venta regulada de armas en Estados Unidos y confesó que lo utilizará para generar conciencia.  El cierre vino de la mano de Smith y  Shanahan entonando “I can´t help falling in love” y toda la sala sinfónica se paró y cantó hasta el final.

Patti Smith: revolucionaria, poeta, música, activista, hermana, amiga, madre, pero por sobre todo humana.