Durante más de quince años Pedro Mairal escribió (y publicó) poemas eróticos escondido detrás de una máscara: la que le ofrecía Ramón Paz, un “otro yo” atomizado, expandido y sin filtro. Pero un día, la máscara se cayó. O se transparentó, para usar sus propias palabras. Y entonces las opciones fueron dos: hacerse el desentendido o hacerse cargo. Después de un tiempo de reflexión, el autor entendió que la segunda era la opción más honesta -aunque no la más fácil- y aceptó publicar con su nombre una selección de lo que él mismo eligió llamar “pornosonetos”.

El cambio de firma no significa, sin embargo, que Mairal esté dispuesto a asumir (o a mostrar) como propia la personalidad de Paz. De hecho, todo el desparpajo y la deshinibición que desprenden los poemas parecen desaparecer cuando confiesa, en diálogo con Revista Leemos,  que vive este momento “con muchísimo pudor” y que le teme, incluso, a alguna lectura en clave machista que pueda hacerse del libro.

Pero es entonces cuando algo de Paz reaparece y defiende sus textos afirmando con énfasis que los Pornosonetos no sólo no van a contramano de los tiempos actuales -de festejable revolución feministas- sino que los acompañan: “Hoy hay una aceptación de la sexualidad en las mujeres y los sonetos hablan mucho de eso: son una celebración de la sexualidad femenina” afirma con convicción.

Todos estos matices que  hacen a la personalidad de Mairal surgirán en un singular diálogo que mantiene con esta cronista –altavoz mediante- mientras conduce por la Autovía 2 hacia Mar del Plata, donde hoy a las 20 presentará el libro editado por Emecé en el marco del ciclo “Verano Planeta en el MAR”. No viaja solo. Lo hace acompañado por Rafael Otegui, su compañero en el dúo Pensé que era viernes, quien lo acompañará en la presentación de hoy a la noche.

Al inicio de la charla Mairal explica que para este nuevo libro publicado por Emecé seleccionó 150 de los aproximadamente 350 poemas eróticos que escribió entre 2003 y 2018, la mayoría de los cuales ya habían sido publicados por editoriales independientes en tres volúmenes que hoy están prácticamente inhallables. “Elegí los que me parecían mejores, los más poéticos, los más graciosos o los que más llamaban la atención” explica. La alusión a las elecciones me da pie a preguntarle por otra, todavía más notoria: la de publicar por primera vez con su nombre y no con seudónimo.

-¿Fue una decisión que respondió a un recorrido puramente personal o también influyó algún factor social?- lo consulto a la distancia.

En realidad un poco de las dos cosas –responde él, reflexivo-. Que existiera Ramón Paz a mi me funcionaba muy bien porque me daba mucha libertad. Pero hubo un momento en que el seudónimo se pinchó, se transparentó la máscara, así que desde lo personal no tuvo más sentido”.

Por otra parte –continúa- creo que hubo un cambio de paradigma y que el ambiente cambió.  Hoy hay una aceptación de la sexualidad en las mujeres y los sonetos hablan mucho de eso, hay una celebración de la sexualidad femenina. También está la lectura que puede hacer alguien de un libro con atisbos machistas. De hecho hubo una persona que me hizo un comentario en ese sentido, pero fue justamente un hombre. Creo que los hombres a veces nos equivocamos al evaluar al feminismo, lo sobreactuamos.

Como ejemplo de lo anterior Mairal menciona que siempre –incluso en las ediciones anteriores, cuando no firmaba como Mairal sino como Paz- lo leyeron más mujeres que hombres.

¿Cómo te sentís ante esa mirada ahora que apunta directamente a vos?, le pregunto, a lo que responde confesando que esos poemas siempre le dieron, y le siguen dando, muchísimo pudor. “Es que al haber un tono muy íntimo, hay algo medio confesional en estos textos” reflexiona.

Pedro Mairal y Rafael Otegui integran el dúo “Pensé que era viernes” y se presentarán hoy en el museo MAR.

¿Por qué aceptó, entonces, dar el paso a la publicación con nombre propio? La respuesta es la misma a la que alude desde la contratapa del libro: porque Ramón Paz fue un intento por desmarcarse, por librarse del nombre; un “yo atomizado, expandido y sin filtro”. Sin embargo, con el paso del tiempo, cuanto más intentaba Mairal alejarse de Paz, más se pegaba Paz a él. Hasta que llegó el momento de hacerse cargo. Al fin y al cabo, como le dijo alguna vez una amiga, al escribir esos pornosonetos Mairal es “más Mairal que nunca”.

En diálogo con Leemos, el también autor de las novelas “La Uruguaya” y “Una noche con Sabrina Love” coincide en que el momento parece ser el adecuado para salir de las sombras. “Existir, la poesía erótica siempre existió, lo que hay ahora es más visibilidad -reconoce él-. Hoy hay un espacio para ésto y ya nadie se escandaliza, lo que es algo celebrable porque es genuino, no está hecho para espantar al burgués

Algo de eso –de celebrar y no de escandalizar- buscarán tanto Mairal como Otegui durante la presentación de hoy a la noche, donde no solo celebrarán la poesía erótica con recitados sino también con algo de música.

En ese sentido, es el guitarrista quien explica que los temas que interpretarán –de autoría propia- estarán a tono con el estilo de los Pornosonetos. “Elegimos canciones que comparten el registro picaresco de las poesías y apelan al humor –explica-. Creemos que hacen una buena yunta, un buen maridaje como se dice ahora en la jerga gastronómica”.

La cita es hoy a las 20 en el Museo MAR. Una oportunidad para ir, como el propio Mairal, sin caretas. Y con la menor cantidad posible de inhibiciones.

@limayameztoy