Raul Alonso es un escritor, músico y cantante marplatense. Acaba de publicar su primer libro de cuentos, titulado Alétehia, editado por Azul Francia.

En este volumen, que se consigue en la Librería El Gran Pez de nuestra ciudad, propone un conjunto de relatos en los que “el autor desarrolla a través de historias singulares, sin conexión aparente entre sí, un tejido de desencuentros, amores, quiebres familiares, utopías, que se ven artesanalmente unidos”.

Hace unos meses Alonso viajó a España para radicarse en Granada, donde lo encontró la pandemia y el confinamiento. Desde allí, responde a las preguntas de Revista Leemos para conocer sobre su proceso de escritura, sus motivaciones y sus proyectos.

Alétheia es tu primer libro de cuentos, ¿Qué cosas se jugaron para que hicieras esta selección concreta de quince relatos?

-Fue bastante natural, por llamarlo de algún modo. Hubo un descarte bien amable, son todos relatos que me atraviesan, de algún u otro modo, tanto a nivel personal como de interés particular por ciertas temáticas. Están los cuentos que tenían que estar, no tuve dudas ni demoré mucho en ello. Los relatos, a excepción de “Vertebral”, fueron todos escritos en los últimos cuatro años, todos en Argentina. Uno de los cuentos, “Un instante, un ser”, fue escrito aquí en España para presentarlo en un concurso y finalmente fue agregado al volumen. Antes de viajar para España le envié los originales a Francisca Mauas, la editora de Azul Francia Editorial. Ya estando aquí se comunicó conmigo con la decisión de publicarlos. La idea originaria era lanzarlo en marzo y que yo pudiera estar en Argentina para presentarlo. Razones personales, en principio, y luego esta pandemia, modificaron los planes. Tanto la edición como el diseño de tapa (realizado por Fernanda Trovato Fuoco, ilustradora y diseñadora argentina) y el aporte de la contratapa escrito por Mariano Quirós, fueron a distancia. Francisca tuvo un papel relevante para que este libro finalmente cobrara vida.

¿Qué tipo de recorrido te gustaría que tuviera Alétehia?

-Bueno, en principio me gustaría que se venda!!! Creo que es un libro iniciático, un punto de partida. Deseo que sea leído y que el lector pueda vislumbrar el desarrollo de un estilo. Es tal vez, lo que más me importa. Que el lector pueda decir “esto se nota que fue escrito por Alonso”. Como Alétheia fue escrito en ese desarrollo, en esa búsqueda, creo que su recorrido será testimonial más que nada, como un primer disco por ejemplo.

Publicaste poemas, ahora relatos y estás escribiendo una novela… Cuál dirías que es el género que te resulta más ameno o con el que mejor te llevás? ¿Y qué cosas operan al momento de decidir qué tipo de texto requiere cada historia o tema que elegís abordar?

-Siento cierto confort escribiendo poesía porque es un proceso bastante directo, inmediato lo llamaría, que me permite desarrollarlo sobre ideas muchas veces vagas, tal vez hasta insignificantes. En el relato, hasta el momento, es el espacio donde siento formar parte del verdadero proceso de creación, ya obedezco a una estructura, ya debo regirme con métodos menos anárquicos. La escritura de la novela es un camino que estoy atravesando, me genera instantes de verdadero placer y otros de suma angustia.

Trabajo, disciplina y contexto

Actualmente estoy radicado en la ciudad de Granada. Hermosísima ciudad en pleno corazón andaluz”, explica Alonso y agrega que en esa parte del mundo la situación en torno a la pandemia del coronavirus que mantiene al mundo en vilo “se vive de un modo bastante dramático, porque se actuó tarde y la cantidad de afectados y de fallecidos es muy alta”, agrega.

En cuanto a la incertidumbre relacionada con lo económico que también se extiende de manera global, y la falta de certezas respecto del futuro en general, el autor considera que “España descansa mucho en la actividad turística, la cual está detenida y se desconoce si volverá (y cuándo) a carriles normales. Eso genera ya situaciones de desempleo, de precariedad que se suma a una angustia, a una real incertidumbre por el futuro”.

Sin embargo, y en relación a su proceso de escritura, aclara que la situación le brindó tiempo de encierro que me invita a ser más disciplinado y metódico, características que no abundan en mí en situaciones de normalidad. Creo que más que nada está repercutiendo en mis lecturas y en poder ocuparme de indagar textos que tenía pendientes”.

De hecho, Alonso confiesa que la primera dificultad que encuentra en la producción de la novela que escribe actualmente es su falta de disciplina: “El principal escollo con el que me encuentro soy yo mismo. He mejorado mucho, es verdad, pero la escritura de una novela requiere un rigor, un método, que aún me cuesta aprehender”.

No obstante, mantiene el pulso firme cuando aclara que “me motiva el desafío de, finalmente, determinar si fui capaz y de serlo, si logro estar a la altura de lo que deseo. Creo estar en el buen camino, y espero ciertamente que antes que finalice este año poder darla a conocer a aquellas personas de las cuales valoro su opinión y luego buscar un canal de publicación”.

Pero, antes de que esta obra vea la luz, llegará el turno de un nuevo poemario, que se titula No habrá cesado el rito y que publicará en España antes de fin de año.

¿Cuáles dirías que son las situaciones o emociones que te motivan para escribir?

-Fundamentalmente me motiva a escribir una necesidad muy mía de expresar mis ideas o mis sentimientos a través de la palabra escrita. Me interesa vincular la cotidianeidad, lo sencillo de ciertas vivencias rutinarias con aspectos existenciales que todos mantenemos por allí ocultos, muchas veces por el temor de enfrentarnos con ellos. Me interesa narrar situaciones pero suelo merodear el interior de esos protagonistas, no tanto las acciones que llevan a cabo. Mi escritura como un gran espejo donde el lector pueda observar sus temores, sus miserias y sus incertidumbres antes que su rostro.

@trianakossmann