Ayer las redes se llenaron de las tiras de Mafalda para recordar un nuevo aniversario de su primera publicación. Ayer te sorprendías con la actualidad de algunos de los enunciados de la tira que escribió y dibujó Quino durante décadas. Ayer replicabas sus ocurrencias, sus personajes, sus historias, los conceptos detrás de las más emblemáticas.
Hoy las redes muestran a una nena triste, que mira al cielo. Una nena con una curita en la mano, buscando pegársela en el alma. Y es que murió Quino, su autor, el gran maestro del humor argentino. A los 88 años falleció en su ciudad natal en la provincia de Mendoza.
Sus personajes, el tono de sus tiras, los giros, los temas recurrentes, hoy todo forma parte de una atmósfera triste, una extraña mezcla entre nostalgia y melancolía, si es que en realidad no son formas de nombrar ese mismo hueco gris que se te amuró en el pecho hace unas horas. Más que porque se haya ido, porque sabés que, ahora sí, ya no habrá más de todo eso que forma parte de nuestra cultura, de nuestra memoria. De todo eso que acompañó a varias generaciones en Argentina y en todo el mundo.
Mirás las noticias y entendés que es obvio, que es lo normal, que a esa edad, que con el problema de salud… pero mirás las noticias y te sabés triste como esa nena de moño y vestidito.
Ahora, hay que ir a los estantes en casa, buscar hasta encontrar, porque en algún lado está. ¿Cuándo fue la última vez que recorriste sus hojas, seguro un poco amarillas por el paso del tiempo? La última vez que acomodaste los libros; en la última mudanza, cuando decidías qué se iba y qué se quedaba; cuando le comentaste a alguien algo con una frase de ella y fuiste a buscarla de nuevo, para corroborar, para recomendar.
Y te quedaste horas leyendo, sonriendo en cada página, analizando las frases más polémicas, recordando cómo cantaste ese día cuando viste escrito por primera vez un tema de “lo bitle”.
Lo bueno es que sigue estando ahí, con sus tapas un poco descoloridas. Pero está. Y sí: Nos dejó Quino, pero nos dejó libros.
@trianakossmann