En tiempos en los que la realidad se parece mucho a un monstruo silencioso que acecha detrás de la puerta, tener la posibilidad de evadirnos a través de buenas historias a las que podemos acceder sin transgredir (demasiado) las normas vigentes, se vuelve algo así como un tesoro que hay que ir desenterrando en las cantidades justas y en los momentos adecuados.

Probablemente por eso, si se hiciera una encuesta sobre las palabras que más aparecen en las conversaciones de estos tiempos de pandemia hay tres que, sin duda, aparecerían entre los primeros lugares: libros, series y recomendaciones.

Y es que casi todas las personas vamos armándonos mentalmente –las más prolijas las trasladan al papel- listas de series por ver o libros por encargar que surgen del  cruzamiento de recomendaciones que nos llegan a través de familiares, amigos y hasta personas desconocidas con las que nos cruzamos por las redes sociales.

Hoy abordaremos los casos en los que los nombres de ambas listas son coincidentes. Es decir, cuando recomendar un libro es, también, recomendar una serie. O viceversa.

Las opciones son tan numerosas que decidimos limitarnos a aquellas que reúnen estos requisitos, imprescindibles en estos tiempos de aislamiento obligatorio: que el libro haya sido editado en castellano y esté disponibles en las librerías locales y que la correspondiente serie pueda verse en la televisión por demanda.

Pasen. Lean. Vean. Y por sobre todas las cosas, disfruten de buenas historias.

Sherlock

A criterio de quien escribe estas líneas, una de las mejores combinaciones de los últimos tiempos.

Imagen de la serie que actualmente puede verse por Netflix

a serie británica, realizada por la BBC y protagonizada por Benedict Cumberbatch y Martin Freeman, puede verse por Netflix y es una adaptación de las historias creadas por Arthur Conan Doyle.

Son cuatro temporadas, de tres episodios cada una, tan bien realizados, editados y guionados que se vuelven adictivas. Las actuaciones, además, son excelentes y la música acompaña de manera magistral.

Es difícil terminar de verla sin quedarse con ganas de más, por lo que los clásicos libros se convierten en una excelente opción.

Cabe recordar que Conan Doyle escribió 56 relatos y 4 libros sobre Sherlock Holmes entre 1887 y 1927. Todos están publicados en castellano y seguramente la biblioteca de cada casa contará con al menos uno de ellos. En caso de no ser así, pueden conseguirse en cualquiera de las librerías con envíos a domicilio.

Game of Thrones

Imposible no hablar de series y libros sin mencionar a esta dupla que tuvo y tiene, en ambas versiones, millones de fanáticos en todo el  mundo.

La atrapante historia ideada por el estadounidense George R. Martin captó a millones de personas a  partir de que comenzó a aparecer publicada en papel, en 1996. Un segundo hito en la historia de la trama se produjo en 2011, cuando el drama fantástico ambientado en la época medieval fue llevado a la pantalla en una superproducción de HBO.

La saga literaria Canción de hielo y fuego cuenta por el momento con cinco tomos editados: Juego de Tronos (A Game of Thrones) 1996; Choque de Reyes (A Clash of Kings) 1998; Tormenta de Espadas (A Storm of Swords) 2000, Festín de Cuervos (A Feast for Crows) 2005; y Danza de Dragones (A Dance with Dragons) 2011.

La serie, en tanto, finalizó en mayo 2019. Para ello los guionistas debieron concluir la historia, lo que según todas las críticas bajó notablemente la calidad de la propuesta, aunque eso no significó una merma en su audiencia: según datos de la cadena HBO, más de 19 millones de personas vieron el final de la serie en el momento de su emisión en todo el mundo.

Los fanáticos de la historia, sin embargo, no quedaron conformes con el desarrollo final de la trama, por lo que la expectativa en torno a la aparición de Vientos de invierno, sexto tomo de la saga -que supuestamente consta de siete entregas- sigue siendo inmensa. El inconveniente es que, por el momento, ese hecho no tiene fecha de concreción. Mientras tanto, pueden entretenerse releyendo los ya publicados que incluyen la precuela Fuego y sangre (Fire and Blood) en la que Martin narra la historia de la familia Targaryen.

Una serie de eventos desafortunados

Escrita por el estadounidense Daniel Handler bajo el seudónimo de Lemony Snicket, es una saga de 13 libros que narra las aventuras vividas por los hermanos Baudelaire, Violet, Klaus y Sonny, que tras la muerte de sus padres millonarios en un incendio, se ven obligados a vivir con un actor malvado, mugriento y egoísta, el Conde Olaf, quien hará lo posible para quedarse con la fortuna de los huérfanos. En castellano están disponibles por lo menos los dos primeros números de la saga.

Actualmente pueden verse por Netflix dos versiones de la historia: una película y una serie. A criterio de quien escribe estas líneas, la primera es mejor que la segunda -la imagen que acompaña corresponde a la última temporada-.

Se trata de una propuesta impecable que puede ser disfrutada tanto por niños y niñas  –a partir de cierta madurez emocional, dado que no son historias felices- como por personas adultas. El reparto es excelente en general, pero un camelónico Neil Patrick Harris como el conde Olaf es sencillamente fascinante.  La estética de toda la serie está cuidadísima y cada capítulo es una joyita, con algunos diálogos brillantes en los que no falta el sarcasmo.

Outlander

Es una serie británica estadounidense basada en la exitosa saga escrita por la estadounidense  Diana J. Gabaldon.

Las publicaciones, que suman por el momento 8 libros, combina varios estilos como ficción histórica, novela romántica, misterio, aventura y fantasía. La serie cuenta con cinco temporadas grabadas, pero en Argentina recién es posible acceder a la cuarta, que acaba de ser subida por Netflix.

Los fanáticos de esta saga destacan la fidelidad de la propuesta audiovisual respecto de los libros. La serie es desarrollada por Ronald D. Moore y producida por Sony Pictures Television y Left Bank Pictures para Starz.

El cuento de la criada

La serie The handmaid’s tale volvió a traer a escena el libro homónimo escrito por Margaret Atwood publicado en 1985 y editado en castellano por Salamandra.

Tanto la novela como la serie plantean un futuro distópico en el que las personas han perdido todos sus derechos individuales, en especial las mujeres fértiles (las criadas) que están sometidas a un sistema de esclavitud.

La serie, que puede seguirse por Flow, cuenta con tres temporadas: la primera, de 16 capítulos y basada exclusivamente en el libro, y una segunda y tercera de 13 capítulos cada una que continúan la historia pero ya no bajo los lineamientos de Atwood.

El libro de Atwood, por su parte, fue reeditado y en 2019 la escritora canadiense publicó Los testamentos –también por Salamandra- segundo libro en el que continúa relatando los pormenores de la vida en el país imaginario Gilead y sus alrededores.

A la espera

Las principales plataformas de televisión por demanda ofrecen actualmente excelentes propuestas de series basadas en libros que lamentablemente no fueron editados en español o aún no llegaron al mercado local.

Libro autobiográfico en el que se basa la serie “Poco ortodoxa”, actualmente disponible por Netflix.

Un ejemplo del que se habló mucho en el último tiempo es la serie “Poco ortodoxa” -Netflix-, basada en la autobiografía de la estadounidense Deborah Feldman. Por el momento, el libro no está en castellano. En inglés se consigue como libro electrónico y se llama Unorthodox: the scandalous rejection of my hasidic roots. En castellano lo publicará en noviembre la editorial española Lumen, aunque por el momento no tiene fecha de aparición en Argentina.

Otro caso es Killing Eve. Actualmente desde nuestra región se puede acceder a la serie británico-estadounidense a través de Flow. Pero la trama está basada en un thriller, también con excelentes críticas, escrito por el británico Luke Jennings que por el momento no ha llegado a nuestro país, aunque la primera parte sí ha sido editada en español por Lince Ediciones.

Estos casos son apenas algunos ejemplos de la estrecha relación entre libros y series. En tiempos de aislamiento social obligatorio, la posibilidad de conocer nuevos mundos a través de cualquiera de esas vías y luego continuar inmersos en ellas a través de otros formatos es, sin duda, un recurso valiosísimo. Y todos estamos invitados a disfrutar de ellas, en cualquiera de sus versiones. Al fin y al cabo, no quedan dudas de que la actualidad -y su pandemia- seguirán allí cuando decidamos reconectarnos con la realidad.

@limayameztoy