En estos días en que es necesario guardarse y que las horas de ocio se estiran notablemente, la lectura es una herramienta indispensable para evitar que chicos y chicas se pasen todo el día en las pantallas. Una serie, una peli o un poco de videojuegos no hace mal a nadie, pero la idea es alternar para estimular, disfrutar de otras cosas y, también, cambiar de posición en el sillón de vez en cuando.

Como las clases apenas habían empezado cuando se dispuso el cese de las actividades escolares para evitar la propagación del coronavirus, es probable que muchas familias hayan llegado a conseguir el material de lectura que había pedido la seño y que forma parte de la currícula para cada año del jardín y la escuela primaria.

Por eso, fuimos a visitar la Librería Fray Mocho para repasar las obras de lectura obligatoria para este año, pero también para dar cuenta de algunas perlitas y sugerencias que vienen bien para ampliar temas, compartir en familia, disfrutar de buenas historias y conocer a autores y libros que sin duda vamos a recordar durante mucho tiempo.

Las lecturas del jardín: nace una nueva biblioteca

A diferencia de lo que pasaba con los cuentos hace algunas décadas, la oferta de lecturas y libros para chicos en edad preescolar es variada, atractiva, colorida y muy entretenida. Prácticamente hay libros y abordajes para cada tema, que suele tener que ver con adquirir hábitos, aprender y relacionarnos con emociones y sentimientos, entre muchos otros. Pero además de esa faceta, más bien pedagógica, los libros para chicos y chicas de jardín son muy divertidos.

Es el caso de Pequeño Dragón aprende a echar fuego, en el que Graciela Pérez Aguilar y Natalia Colombo sostienen la idea de que jugando también se aprenden cosas. Este libro, editado por Edelvives, es de lectura recomendada para el jardín, tiene letra imprenta mayúscula -ideal para que empiecen a reconocer las letras- y cuenta con ilustraciones coloridas.

Otra propuesta adorable es la de Colecciones del Naranjo, titulada Helado de dragón de María Emilia Alcoba y Cecilia Varela, donde el personaje nos cuenta sobre su perseverancia puesta al servicio de disfrutar de las cosas simples.

A estas lecturas que suelen ser muy requeridas por las instituciones escolares se le pueden sumar tres propuestas que encantan a grandes y chicos: Gajos de mandarina, de Laura Quirós y Natalia Colombo, y que cuenta divertidas aventuras con animales y El diario de la sirena, para niños y niñas a partir de 4 años, autoría de Valeria Dávila y Mónica López, ambas en verso; así como El lobo Rodolfo, de Vera, Claudia y Nora Hilb -editado por Loqueleo Santillana– en donde los animales se preguntan ¿quién quiere tener a un lobo como amigo?

En esta lista de recomendados no puede faltar el maravilloso cuento El pueblo que no quería ser gris, una joya para todas las edades, de Beatriz Dourmec y Ayax Barnes; y dos de Isol: Vida de perros y Pettit, el monstruo. Cuando haya dudas, esos no fallan y son los típicos cuentos que no nos cansamos nunca de releer a pedido del público infantil.

Primer ciclo: el estante se agranda

Los chicos y chicas de primerito y hasta tercer grado tienen un volumen de lectura que va in crescendo a medida que avanza el año, y la variedad de temas y propuestas es realmente muy diversa.

Desde las historias en mayúscula para transcurrir el paso del jardín de infantes a la escuela primaria con ayuda de las personas adultas, y hasta las primeras novelas breves -pasando por cuentos y temáticas que interesan por su actualidad y generalidad-, hay una cantidad de libros y novedades increíbles.

Algunas de ellas son los cuentos y poesías sobre Manuel Belgrano, comprendidas en el libro de Liliana Cinetto y titulado Cielito de mí bandera que edita Loqueleo. Es ideal para niños y niñas a partir de los 6 años y en esta temática también en la escuela suelen animar a la lectura de Viaje a la bandera de Cecilia Pisos, de la misma editorial, en el que el protagonista y sus compañeros descubren un misterio sobre la creación de la bandera y para descifrarlo deben viajar en el tiempo. Este último es para 8 años o más.

Otra propuesta para el primer ciclo, que suele ser muy solicitado, es el libro de Silvia Schujer, Mucho perro con ilustraciones imperdibles de Pez y que relata graciosas y entretenidas aventuras para chicos desde los 6 años. De hecho, esta escritora nos ha dado una enorme cantidad de material, especialmente para este segmento, y en la librería siempre van a encontrar algún buen título de su autoría para animar a la lectura, como puede ser A la rumba luna, sugerido para pibes de 8 años en adelante.

Por último, un clásico que nunca pasa de moda es Historias de pajarito remendado, de Gustavo Roldan y con las ilustraciones de la inolvidable María Wernicke, de la colección Ala Delta de Edelvives.

Segundo ciclo: conquistando letras

En los últimos años de la primaria las exigencias de lectura suelen ser progresivas pero sostenidas, y en general las docentes que se enganchan con la idea aprovechan para que los chicos y chicas no solamente lean lo que está sugerido en la currícula sino también proponen ideas y animan a sus estudiantes a pasar por la biblioteca de la escuela, cuando la hay.

Hay que aprovechar esos impulsos, cuando aparecen títulos que a los pibes les entusiasman o ya empiezan a interesarse en temáticas bien concretas: hay libros sobre todos los temas y para todas las edades, es solo cuestión de buscar e informarse.

En esta etapa, en la escuela suelen abocarse a géneros literarios como aventuras y suspenso. Algunos de los libros que piden son realmente estupendos, tanto por el valor narrativo en sí mismo como porque funcionan como puerta de acceso a un mundo de posibilidades.

Para la transición del primer ciclo al segundo, una buena opción es el libro de Norma Huidobro, La casa de la viuda, editado por Del Naranjo y que en general suele ser una de las lecturas de cuarto grado. Allí, el protagonista, Nacho, narra cosas increíbles y situaciones espeluznantes que sostienen el misterio a lo largo de todo el relato.

Otra excelente opción es La mariposa de Bután, de Franco Vaccarini, de la Colección Telaraña de Sigmar. En los 2 relatos irrumpe lo inesperado en la vida de sus protagonistas. Se sugiere para chicos a partir de 11 años.

En cuanto a las novelas históricas aparece también El pan de los patricios, de Laura Ávila y editado por Edebé: una aventura que habla sobre la Revolución de mayo, la esclavitud y la Independencia y es para lectores de 10 años o más.

Más lecturas para el camino que va de la primaria a la secundaria son Como si no hubiera que cruzar el mar de Cecilia Pisos y el imperdible Noches siniestras de Mar del Plata, donde Mario Méndez publica junto a Editorial SM, una serie de relatos cuyo escenario son reconocidos ámbitos de nuestra ciudad. Y, por último, la novela Frin de Luis Pescetti, ilustrada por O´Kif es un camino de ida.

Los títulos y las posibilidades son interminables. Lo importante es relacionarse con los libros que piden en la escuela y animarse a ir más allá: invitar a los chicos y chicas a compartir un rato de lectura, donde se pueden tomar turnos para leer, revisar las ilustraciones, hacerse preguntas sobre la historia o las características del libro y empezar a dar forma a la biblioteca personal de cada nuevo lector o lectora que florezca en la familia.

Todos los libros mencionados pueden conseguirse en la librería Fray Mocho.