En la Argentina, hace 40 años, vivimos un infierno que duró siete años. Luego, vino lo que se llamó la primavera alfonsinista. Creo que había pocos argentinos que no se sintieran felices, exultantes, con ganas de hacer y confiados en el futuro. No duró mucho, pero mientras duró, fuimos felices. Alfonsín asumió el año 83 y poco tiempo después, comenzó una suerte de revisión de lo pasado, una especie de catarsis donde también se incluía la malograda guerra del Atlántico sur.
Todos teníamos algo para contar, casi todos queríamos encontrar algo para revelar o denunciar o, al menos, descargar. Yo por esos años trabajaba en el diario Tiempo Argentino, de la primera época, dirigido por Raúl Burzaco. Una de mis tareas en el diario era hacer una página dedicada a los niños. Una agenda de actividades y recomendaciones, alguna que otra entrevista. Ahí tomé contacto por primera vez con una realidad que ante tanta sangría sonaba casi insignificante. Los personeros del llamado Proceso, habían incluido en su index de “libros peligrosos” a varios libros para niños.
Con ese proyecto me presenté en Radio Continental que ofrecía un espacio estupendo para trabajos de investigación. Los domingos a la mañana, tres o cuatro horas, no lo recuerdo. Se llamó Proyectos Especiales de Investigación (PEI) y estaba piloteado por Oscar Gómez Castañón. Allí llevé mi proyecto de “Los libros para niños prohibidos por el Proceso” y fue aceptado.
Lamentablemente no conservo ninguna copia del programa ni siquiera el guion, pero puedo hacer un repaso mental de algunos de los libros “para niños” que transmitían ideas “disolventes” según puedo suponer. Estaba incluido en primer lugar Álvaro Yunke, un notorio escritor comunista, dramaturgo y prolífico autor de obras para niños. Si bien había prohibido solo uno o dos de sus libros, don Álvaro, que murió en 1982, terminó sus días orgullosamente prohibido.
Entre los autores contemporáneos figuraban la escritora argentina Beatriz Dourmec y su marido, el ilustrador Ayar Barnes. Había tenido la osadía de publicar un libro que se llamaba Cómo se hacen los niños (Schapire, 1974) y luego un sugestivo libro ilustrado La línea (Granica, 1975), que había recibido un inoportuno Premio Casa de las Américas.
La escritora cordobesa Laura Devetach de una brillantes producción hasta nuestros días también había sido incorporada a la lista por un libro, La torre de cubos, de cuyo análisis “se desprenden graves falencias tales como simbología confusa, cuestionamientos ideológicos-sociales, objetivos no adecuados al hecho estético, ilimitada fantasía, carencia de estímulos espirituales y trascendentes”, según sostiene la resolución N° 480 del Ministerio de Cultura y Educación de Córdoba. Podríamos rescatar una perlita: “ilimitada fantasía”. Manías de la querida Laura.
En el programa, que aprovechábamos para leer los textos cuestionados, conté en ese momento con la inestimable colaboración de Pablo Medina, presidente de La Nube. Infancia y cultura, del locutor Luis Fuxan y la actriz y locutora Lidia Argibay quien leía los textos “peligrosos”.
La querida amiga, hoy ausente, Elsa Bornemann contaba en uno de sus libros una huelga de animales. Un elefante ocupa mucho espacio, publicado en 1976 y que mereció el Premio Internacional Hans Christian Andersen, el más importante en el género, fue considerado subversivo.
El programa incluía otros autores que ya no recuerdo, y mi habitual imprevisión hizo que no conservara esos archivos. Por suerte Judith Gociol hizo luego un rastreo de esos materiales y publicó una serie de fascículos donde se detalla estos desagradables episodios.
La idea de mirar para atrás, en esos años, y hoy, es un intento por entender qué nos pasó como sociedad, qué miedo nos heló la sangre; qué ideas nos maniataron que ante un horroroso espectáculo, solo tuvimos reacciones espasmódicas. Por eso, al salir de esa oscuridad, intentamos contar el horror.
Recuerdo que mientras trabajaba en la investigación de los libros prohibidos pensé –y aun lo pienso– que todo esto hubiera parecido patético, si no fuera que era (es) trágico.