Las buenas historias son siempre buenas historias, estén contadas como estén contadas: en un cuento, una novela, una canción, una película, un documental, o un cómic. De este último género vamos a hablar en esta nota: de relatos nos llegan a través de imágenes y donde las palabras ilustran o amplían ese mensaje visual, pero no son las protagonistas.
Con ese objetivo les pedimos a nuestros habituales asesores de Libros de la Arena que eligieran cuatro de los cómics que más gustan a los argentios -en este caso no solo importa el texto sino también las ilustraciones y la calidad de la edición- y constituyan un buen regalo, tanto para las personas que aman las buenas historias y que se animan a ampliar el horizonte de su práctica lectora. El resultado fue el siguiente:
Los dueños de la tierra, de David Viñas
Adaptación de Dante Ginevra e ilustración de Juan Carlos Kreimer
Ediciones de la Flor
Publicado por primera vez en 1958, el libro original relata los hechos ocurridos en 1921 en la Patagonia argentina, que culminaron con el fusilamiento de 1500 obreros por parte del Ejército argentino.
La historia está narrada por Vicente, un joven radical que es enviado al sur por el presidente Hipólito Yrigoyen para mediar en la disputa entre los trabajadores rurales y los empresarios. Así es como a través del libro nos enteramos de las dos posiciones antagónicas existentes en el momento: por un lado los obreros, que reclaman condiciones dignas de trabajo y un salario que les permita sobrellevar la vida dura del sur; y por el otro, los ganaderos, que lejos de estar dispuestos a reducir sus ganancias, quieren ampliarlas. En medio de ese conflicto, aparece también una historia de amor entre Vicente y Yuda, una joven anarquista rusa que lo hace reflexionar sobre su papel en ese terrible momento histórico.
La novela gráfica cuenta con textos de Juan Carlos Kreimer (Libros para Principiantes) e ilustraciones de Dante Ginevra (El Asco, Entreactos, etc.). En lo que puede interpretarse como una metafora de la historia verídica a la que aluden, las ilustraciones son blanco, negro y grises. Un clásico de la literatura argentina convertido en una pequeña joya del mundo del cómic.
La invención de Morel, de Adolfo Bioy Casares,
Adaptación e ilustración de Jean Fierre Mourey
Ediciones De la Flor
En este caso, la argentinidad está dada por la historia, dado que se trata de una adaptación de la novela de Adolfo Bioy Casares. La tarea estuvo a cargo del francés Jean Fierre Mourey quien tuvo el mérito de reflejar el delicado equilibrio entre realismo y sobrenaturalidad de la novela original.
La historia es más o menos así: un fugitivo llega a una isla desierta. El lugar es extraño: hay una mansión abandonada, en cuyo sótano se conserva una compleja maquinaria de funciones en principio incomprensibles. Cuando el protagonista la activa, advierte que no está solo en ese lugar: un grupo de veraneantes, reunidos por un tal Morel, circula por la zona como si participaran de un ritual que se repite indefinidamente.
Escondido en los jardines de la residencia, el fugitivo se enamora de una de las mujeres presentes, Faustine, pero no logra captar su atención. Esa aparente indiferencia lo llevará a rastrear los misterios de la increíble invención de Morel: una maquinaria que reproduce artificialmente los movimientos de las personas con la nitidez de un espejo.
Sobre esta trama, Adolfo Bioy Casares construye una obra maestra de la literatura fantástica. Su amigo Jorge Luis Borges, en el prólogo de la novela, escribió: ‘No me parece una imprecisión o una hipérbole calificarla de perfecta’. Qué más se podría agregar, ¿no?
Ernie Pike, de Héctor Oesterheld y Hugo Pratt
Planeta Cómic
Corre 1957. Aparece en revista Hora Cero la tira Ernie Pike, corresponsal de guerra, con guión del talentosísimo Héctor Oesterheld y dibujos de Hugo Pratt. En ese momento no pueden saberlo, pero será el nacimiento de uno de los cómics bélicos más valorados no solo a nivel nacional sino también internacional.
Como se deduce del nombre, Ernie Pike -personaje basado en un periodista real llamado – es corresponsal y es enviado a cubrir los principales conflictos de la II Guerra Mundial, desde el Pacífico hasta el Norte de África. Aunque está destinado a la primera línea, lo que le permite ser testigo de los principales hechos históricos, Pike se centrará en el costado más humano -y a veces oscuro- de la guerra: aparecerán la solidaridad, la camaradería y el heroísmo de los soldados pero también la traición, la depresión y el escepticismo, convirtiéndose en un fuerte alegato antibélico.
La edición de Planeta Cómic -disponible actualmente en las librerías- recupera los cinco volúmenes iniciales y el texto en su versión original en español, todos de la autoría Oesterheld/Pratt. Más tarde Oesterheld continuaría con el personaje con otros dibujantes argentinos, entre ellos Alberto Breccia y Francisco Solano López.
Buenos Aires en pelotas, de Gustavo Sala
Editorial Sudamericana
Reservamos para el final esta propuesta, que a primera vista puede parecer más ligera que las anteriores pero en realidad es una crítica social dura y ácida sobre Buenos Aires.
Se trata -según adelanta la propia editorial en su página oficial- de “una guía ilustrada para pasarla mal en la Gran Capital del Sud, la Reina del Plata, la París de Sudamérica: su cultura, sus barrios, su comida, su arte, su música, su mugre; en fin, sus glorias y sus miserias”. Y también advierte que dicha realidad está atravesada por “la mirada corrosiva, incorrecta, salvaje y escatológica” de Sala.
El dibujante y guionista hace un registro minucioso de la ciudad, lo que incluye desde sus barrios, sus calles, su obelisco -al que define como “uno de los monumentos más fálicos del mundo”- y su amplísima oferta cultural hasta sus plagas -incluídas ratas, murciélagos y cucarachas-, su tránsito caótico y sus bares notables donde “cobran una fortuna por un cortadito medio quemado”.
En otras palabras: un libro que es capaz de arrancarnos carcajadas, hacernos reflexionar y hasta arrancarnos un lagrimón, todo por el mismo precio.
@limayameztoy