Hace unos días abrió sus puertas la librería El Gran Pez, ubicada en Hipólito Yrigoyen 1992, un proyecto autogestivo a través del cual aunaron esfuerzos las y los referentes de las editoriales independientes marplatenses. Se trata de una propuesta notable: generar un punto de venta de los libros que supimos concebir, hechos en Mar del Plata.
Abierta de lunes a sábado de 9.30 a 13.30 y de 16 a 20, esta nueva librería muestra estantes repletos con todos aquellos libros editados por Letra Sudaca, Puente Aéreo y La Bola Editora, los tres sellos que en los últimos tiempos, y trabajando articuladamente, dieron una marca distintiva a la producción literaria local y potenciaron la proliferación de voces, estilos y perspectivas. A este desafío se sumó también el escritor Sebastián Chilano.
“El proyecto surgió –explica la voz colectiva de El Gran Pez– porque se encontraron diferentes personas con más o menos las mismas intenciones y con el mismo vacío por llenar. Las intenciones tenían que ver con vivir en el mundo del libro y parcialmente las veníamos cumpliendo, somos editores, escritores y sobre todo lectores”.
Afirman que juntos encontraron un “hueco”: “tener una librería como las que fuimos conociendo en nuestras peregrinaciones por el país, una librería que nos trajera perlas, con libreros con la experiencia de haber pasado por todos los momentos de lo que significa hacer un libro y a la que pudiéramos ir como vamos a la disquería o a la comiquería, para quedarnos un buen rato dando vuelta estantes o esperando que llegue la caja con las últimas novedades, para ver qué sorpresa está en camino”.
Esta apuesta cobra una especial relevancia por la situación económica que atraviesa el rubro –y que es prácticamente general a todos los sectores-, pero tiene un antecedente de gran éxito para las y los protagonistas: la experiencia conjunta de las editoriales marplatenses con un stand en la Feria del Libro de Mar del Plata y la tienda online que comparten y que puede visitarse en papel.tiendanube.com
De hecho, la voz colectiva aclara que “empezamos a ensayar todo esto en las ferias del libro de Mar del Plata, del interior, y la de Buenos Aires, y nos dimos cuenta de que no sólo teníamos las ganas sino que también compartíamos los códigos de trabajo y éramos lo suficientemente diferentes como para complementarnos bien, como en esos juegos de rol en los que hay un brujo, dos especialistas en armas de filo, una arquera y un médico, que por suerte se sumó a tiempo”.
Pero esta propuesta no sólo implica una boca de venta para textos editados en la ciudad. También apuestan a una inversión del concepto tradicional de librería, y es que el perfil lector de quienes emprenden esta actividad parece imponerse: “Vamos a tener libros de editoriales independientes de Latinoamérica y España, ya estamos empezando a armar el estante de literatura extranjera con algunas perlas de literatura brasileña y una selección de lo que las editoriales grandes publican para ser leído más que vendido”.
En este sentido, no hay que aclarar que el equipo de trabajo de El Gran Pez no está improvisando con esta iniciativa. Pero aun así lo explican: “Sabemos que hay muchos lectores con inquietudes parecidas: el gusto por la lectura, por los desafíos, por lo exquisito, en definitiva, lectores que no se quedan quietos. Abrimos la librería para encontrarlos y tener un lugar para compartir con ellos. La idea es armar una agenda a lo largo del año en la que podamos darnos cita para compartir lecturas, presentaciones y charlar con escritores de la ciudad y con todos los que estén dispuestos a venirse hasta el mar”.
“Sabemos que tener un punto de venta propio va a ser un espaldarazo para nuestras editoriales. Además, que nuestros lectores puedan ponerle cara a los que hacen los libros va a ser lindo y va a afianzar nuestra relación con la ciudad”, concluyen.
Será cuestión de hacer correr la voz para que esos libros otros, libros nuestros, sigan viajando por más manos.