Aproximadamente por la mitad de cada libro de Camilla Läckberg me pregunto lo mismo: por qué le tengo tanta paciencia a esta escritora sueca, si sus historias se me hacen largas, los personajes me resultan demasiado previsibles y los hechos -que siempre ocurren en Fjällbacka, un pueblo hermoso y extrañamente sangriento- me parecen poco creíbles.

Y la respuesta es siempre la misma: porque que algo va a pasar. Generalmente es hacia el final del libro. Entonces la historia vuelve a cobrar ritmo, la trama se desenreda y un nuevo misterio comienza a plantearse. Es en ese momento que comprendo que no solo terminaré esa historia protagonizada por Erica Falck y Patrick Hedström sino que leeré la próxima y seguiré haciéndolo, probablemente hasta que la pareja sueca tenga nietos.

Lo llamativo es que estoy lejos de ser la única que sucumbe a los encantos de Läckberg, quien lleva vendidos más de doce millones de ejemplares y cuyos libros aparecen en las librerías de más de cincuenta países.

Está lejos de la crítica social que suele caracterizar a los escritores suecos

¿Cuál es la clave de semejante éxito? Además del innegable arrastre que provoca el momento de oro de la literatura negra nórdica –que tiene en la serie Millenium uno de sus máximos exponentes-,  en el caso de Läckberg probablemente el secreto radique en el estilo que comenzó a pergeñar con su primera entrega, en 2003, y que fue perfeccionando a lo largo de nada menos que trece años de éxitos.

¿En qué consiste ese estilo? Está lejos de la crítica social que suele caracterizar a los escritores suecos. En el caso de Läckberg, la clave está en los personajes, personas comunes que parecen sentirse más agobiadas por su cotidianeidad que por estar ligadas, de una u otra manera, a crímenes aberrantes.

En su primer libro Läckberg eligió como protagonista a Erica Falck, una joven escritora de biografías que  decide regresar a su pueblo natal, Fjällbacka, para hacerse cargo de la herencia de sus padres fallecidos. En uno de sus paseos, Erica descubre el cadáver de Alexandra, su mejor amiga de la infancia. A partir de allí comenzará a desarrollase una intrincada historia policial que tendrá su correspondiente cuota de romance con la aparición de Patrick, un policía capaz, honesto y bienintencionado.

En los libros siguientes los lectores acompañarán a la pareja en su desafío por seguir creciendo en sus carreras profesionales mientras intentan conformar una familia. También podrán seguir las historias de una serie de personajes secundarios entre los que se destacan Anna -hermana de Erica-, Dan Karlsson –ex novio de la escritora- y Martin -el enamoradizo compañero de armas de Patrick-.

Su obsesión por los detalles  es lo que hace que los lectores vayan encariñándose con los personajes

Todos estos personajes, más los necesarios para completar cada trama, son descriptos por Läckberg con una tendencia a veces exasperante a detenerse en detalles aparentemente menores, como qué comen o desearían comer, qué les duele o por qué dudan ante determinada situación.

Sin embargo, es esa misma obsesión por los detalles lo que hace que los lectores vayan encariñándose con los personajes y hasta con Fjällbacka, ese pequeño pueblito sueco con ese clima de mil demonios donde parecen vivir las personas con las mentes más enfermizas y cometerse los crímenes más aberrantes, sin que sean descubiertos durante años o incluso décadas.

Porque los crímenes que investigan Erica y Patrick no solo ocurren en Fjällbacka sino que nunca son hechos aislados: todos están ligados, inevitablemente, a alguna historia del pasado que se va relatando de manera alternada con los sucesos del presente.

Con más o menos variantes, esa es la propuesta que Läckberg ofrece en cada uno de sus libros, desde La princesa de hielo (2003) hasta El domador de leones (2014), pasando por Los gritos del pasado (2004), Las hijas del frío (2005), Crimen en directo (2006), Las huellas imborrables (2007), La sombra de la sirena (2008), Los vigilantes del faro (2009) y La mirada de los ángeles (2011).

Pero no por reiterada la fórmula deja de ser exitosa. De hecho, Läckberg está considerada la autora con mayores ventas en Suecia, suele ser nombrada como “la nueva reina del suspenso” y recibió múltiples premios literarios,no solo en su país sino también en el exterior.

En otras palabras: por más que no posea una pluma brillante, que sus historias sean poco creíbles y que sus personajes tengan momentos soporíferos, no cabe duda de que Läckberg sabe cómo hacer lo suyo. Y ganarse la fidelidad de millones de lectores en todo el mundo, incluida la de esta cronista, aunque todavía no termine de explicarse muy bien por qué.