Las y los lectores de Laura Esquivel saben lo que deben esperar de cada uno de sus libros, en cada una de sus historias. Lo que esta autora ha logrado, claramente, es hacerse espacio en el ámbito de la literatura hispanohablante con una voz propia. En este caso Mi negro pasado (Suma de Letras), que se anuncia como una nueva continuación de Como agua para chocolate, es una muestra cabal de ello.

Quienes sufrieron y gozaron junto con el personaje de Tita, inmortalizado además en el cine por la actriz Regina Tomé en la producción mexicana dirigida por Alfonso Arau en 1992, sabrán apreciar también esta nueva historia de la familia De La Garza, donde María es señalada por su esposo y sus familiares al parir un hijo negro.

Rescatada por su abuela Lucía el día del velatorio de su madre, la mujer conocerá detalles de su árbol genealógico y anécdotas que irán poblando las páginas con imágenes de la cultura mexicana, su gastronomía y los prejuicios sociales que ya se vislumbraban en Como agua para chocolate, ambientada en la época de la Revolución y en la segunda parte, titulada El diario de Tita, y que aún hoy perduran.

Esta nueva novela de Laura Esquivel es, sin lugar a dudas, un excelente regalo para quienes vivieron apasionadamente aquella historia inicial y aprecian el tono y la cadencia que logra la autora mexicana. La misma que, casi 30 años después, se anima a retomar algunos hilos sueltos que teje pacientemente en un ambiente cálido y con perfume a hogar.

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