La escritora y periodista cultural Silvia Hopenhayn publicó recientemente una nueva novela, titulada Ginebra, editada por el sello Alfaguara y que puede leerse emparentada con su Elecciones primarias, que había llegado a los escaparates en el 2012.
En esta nueva historia, la autora retoma escenas que remiten a sus propias experiencias ligadas a un temprano exilio familiar en épocas de dictadura militar en Argentina, y donde construye a una adolescente que debe reaprender a hablar y que tiene una especial vinculación con las palabras.
Con tono intimista y alto vuelo literario, Hopenhayn lleva a las y los lectores al terreno de lo desconocido, ya sea desde el punto de vista lingüístico, sentimental o geográfico.
De manera fresca y a la vez profunda indaga en el desarraigo de una familia en los años oscuros de la dictadura, con la diáfana visión de una adolescente ante un mundo que algunas veces resulta inquietante y otras, sencillamente extraordinario.
En Ginebra, las palabras adquieren vida propia al ser arrumbadas, empujadas, enhebradas, encumbradas u olvidadas. Por exceso o por defecto, estas extravagantes voces surgen de bocas que exponen percepciones y argumentos que merecen ser leídos.
Esta novela constituye una cita ineludible para todas aquellas personas que disfrutan del trabajo de esta periodista, por supuesto, especialmente todas sus apuestas innovadoras como lo fue el suplemento cultural del diario El cronista, sus programas televisivos como El Fantasma o Libros que matan, así como los documentales sobre escritores que se emitieron por Canal Encuentro.
Pero también es una invitación a pensar y descubrir el lenguaje a través del cual somos hablados.
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