Uno de los mitos que acosan al escritor primerizo es el famoso (¿falso?) dilema de la Página en Blanco. O sea, sentarse frente al papel, o a la computadora, y empezar a escribir. Esa primera palabra, u oración, es la traba de muchos escritores. Al menos eso cuenta el mito. Dice la periodista y escritora Rosa Montero que cuando se enfrenta con la página en blanco se propone: “Llamar la atención. El huevecillo. Déjalo crecer en la cabeza… Juega a imaginar en torno a eso. Consecuencias de los hechos, posibilidades… Se escribe sobre todo en la cabeza. Y cuando tengas más o menos una historia, escríbela”. Es decir, llega a la página en blanco con una idea previa, por lo tanto, no hay blanco posible.
Algunos escritores creen que lo mejor es ajustarse a una rutina. Quien se sienta todos los días a la misma hora finalmente algo producirá. Esto hace Stephen King por ejemplo, o Mario Vargas Llosa. Otros rehuyen a las rutinas, sin embargo no temen a la página en blanco.
Pero como dice la escritora española, “Siempre es bueno forzarte a sentarte todos los días un rato, aunque no sea a la misma hora, y aunque no escribas nada“.
En una entrevista publicada en la revista Babelia (abril de 2010) titulada “La derrota de la página en blanco”, Rodolfo Fogwill decía: “El de la página en blanco es un lugar común tributario de la mitología del artista, su padecer, sus sacrificios. Mallarmé, en su Brise Marine lo llevó al extremo. Su consejo a los que temen a la página en blanco es enfrentar a la tormenta, naufragar y perderse hasta atender-entender el canto de los marineros. Tenemos la cabeza llena de cantos de marinero, campesinos, soldados y maestros de la lengua: escuchémoslos y dejémonos de mariconerías domésticas como los triviales ritos del escritor que cree temer a la hoja en blanco cuando lo acosa una deplorable blancura mental”.
Si bien no habló sobre este tema, el ubicuo Julio Cortázar nos deja un inquietante posibilidad: “En un pueblo de Escocia venden libros con una página en blanco perdida en algún lugar del volumen. Si un lector desemboca en esa página al dar las tres de la tarde, muere”.
Y Mario Benedetti se aprovecha de ella, y la hace responsable de su poesía: “Página en blanco / aquí te dejo todo / haz lo que quieras / espabílate / o por lo menos organízate / yo me echaré una siesta / ojalá me despiertes / con algo original / y sugestivo /para que yo lo firme.”
*Nerio Tello es periodista, escritor, editor y docente universitario. Autor del blog Letra Creativa.