Sin lugar a dudas, dentro de los libros de no ficción, las crónicas están cobrando mucha relevancia en los últimos tiempos. Y es que, si bien siembre hubo grandes referentes de este género, lo cierto es que han surgido nombres y plumas, en especial de mujeres, que proponen un giro al destino de este segmento en la industria editorial.

Catapultado por esos nombres, justamente, y la riqueza de la diversidad que plantean en cuanto a temas, enfoques y articulaciones con otros géneros, los ejemplares de crónicas volvieron a posarse en el centro de los escaparates en las librerías.

Guiadas por estas premisas, nos acercamos a Libros de la Arena para consultarles sobre cuáles son esos libros, esas autoras y esas ediciones que sin duda vienen a marcar la diferencia de la que hablamos en estos tiempos y nos propusieron una gran cantidad de títulos para ver, explorar y recomendar. A saber:

Frutos extraños, de Leila Guerriero (Alfaguara)

Guerriero es, indudablemente, la periodista y escritora cuyos libros son los que motorizan este gran momento de la crónica.

En la edición revisada y ampliada de Frutos extraños, aborda historias que escribió entre 2001 y 2019, donde muestra las caras de la realidad a través del semblante de diversos personajes, tan reales como excepcionales.

Una mujer capaz de asesinar a tres amigas poniéndoles cianuro en la taza de té, otra que mató a su hija minutos después de parirla, un mago al que le falta una mano, un grupo de rock cuyo integrante más famoso tiene síndrome de Down, un lustrabotas que acabó convirtiéndose en una figura imprescindible de la música en Hispanoamérica.

La editorial destaca que “las crónicas recogidas en este libro constituyen una lección magistral de periodismo, muestran el mundo desde una perspectiva única, intensa y diferente, y tienen la capacidad de noquear al lector”. Guerriero es, ya se sabe, una narradora implacable.

El otro lado, de Mariana Enríquez (Universidad Diego Portales)

Otro de los grandes nombres en boga es el de Mariana Enríquez, una escritora que desde hace más de 20 años desarrolla una copiosa tarea periodística en la que no evita reflejar sus “apetencias, rechazos y obsesiones”.

El sello editorial destaca que estas crónicas muestran “una paleta personalísima en la que conviven Bruce Springsteen, Asia Argento, Sylvia Plath, Emily Brönte, la juventud durante los primeros años de la democracia, River Phoenix, Suede, el aborto, las drogas, Kurt Cobain, las ciencias ocultas, Nick Cave, Anne Rice, su gata”.

Convive, repiensa y cuenta todo ese mundo interior sembrado de intereses específicos y alimentado por afluentes inabarcables.

Se trata de un libro que reúne parte de su obra publicada en medios de varios países. La mayoría de estas crónicas fueron escritas con urgencia y dan cuenta del caudal de información que maneja la autora, en donde además aparecen la inquietud, la curiosidad y la erudición de Enríquez en los más diversos aspectos y temas.

El fin del Homo Sovieticus, de Svetlana Aleksiévich (Acantilado)

La autora bielorrusa Svetlana Aleksiévich, ganadora del Premio Nobel por la impronta de su obra de no ficción, vuelve a recuperar las voces de los protagonistas cotidianos de la historia.

Con diferentes textos cortos, vuelve a poner la mirada sobre la utopía de la Unión Soviética: “El comunismo se propuso la insensatez de transformar al hombre “antiguo”, al viejo Adán. Y lo consiguió (…]. En setenta y pocos años, el laboratorio del marxismo-leninismo creó un singular tipo de hombre: el Homo sovieticus”, condenado a desaparecer con la implosión de la URSS.

El libro es, en esencia, un réquiem en el que la autora reinventa la forma literaria polifónica, donde aparecen aquellas personas que quedaron humilladas y ofendidas, y donde Aleksiévich hace gala de su sencillez y logra conmover en cada descripción.

Dos títulos editados por Marea Editorial: Cronista del fin del mundo, de Alicia Dujovne Ortiz y La mirada horizontal, de Luisa Valenzuela

El sello tiene una larga trayectoria en editar textos de no ficción y en su catálogo de textos periodísticos se destacan dos títulos de reconocidas escritoras y referentes de la labor informativa.

Alicia Dujovne Ortiz, además de escritora y biógrafa, tiene una larga trayectoria en medios gráficos y muchos de sus textos aparecen en Cronista del fin del mundo, esta compilación de artículos publicados desde 1969 hasta la actualidad, mayormente en los diarios La Nación y La Opinión.

Desde su exilio en Francia, donde trabajó también como corresponsal especializada en cultura, hasta su regreso al país, en estos textos la autora deja ver su personalidad inquieta y su vasta cultura vastísima. El libro es un muestrario de las pasiones de su autora y de sus búsquedas.

Otro tanto de este estilo corresponde a Luisa Valenzuela, cuya obra literaria es reconocida en el mundo, pero su ejercicio del periodismo no ha sido tan visitado. Y es por eso que, en La mirada horizontal, el sello propone una selección de sus mejores artículos desde 1966 hasta la actualidad.

Según destaca Marea, “como una caja de Pandora, van surgiendo las entrevistas a Carlos Fuentes, Susan Sontag, Juan Filloy, Elena Poniatowska, Carlos Alonso, Guillermo Roux y otras más sorprendentes como el Nicolino Locche aviador o el Martín Karadagián de relato enigmático”.
La mirada horizontal es la dimensión periodística que se nutre de su mirada vertical de escritora y constituye un material de conjunto inédito”, explican.

El petiso orejudo, de María Moreno (Tusquets)

No es posible hablar de crónica periodística y pasar por alto la obra de María Moreno. Su producción no solo es enorme y reconocida, sino que además la hizo merecedora de un reconocimiento que va más allá de las fronteras, de las geográficas y de las letras.

El petiso orejudo es solo un ejemplo de la vigencia de su obra. Se editó por primera vez en los años `90 y desde entonces viene recuperándose año a año. Su lectura resignfica la figura de Cayetano Santos Godino, conocido como el Oreja o el Petiso Orejudo, a lo largo de los años, al tiempo que se erige constantemente como una clase magistral de periodismo de largo aliento.

Y es que esta autora siempre logra que su obra coquetee entre la crónica y la novela, y El petiso orejudo es una mirada de investigadora puesta a contar una historia triste, de inmigración y miseria, más allá de todo prejuicio.