En estos tiempos de supremacía de la cultura audiovisual, que un libro exitoso se convierta en película o  serie de televisión  ya no sorprende a nadie. De hecho, apenas una historia se convierte en best seller podríamos hacer apuestas acerca de cuánto tiempo tardará en llegar a las pantallas, ya sean grandes o chicas.

Pero que un libro parezca una serie ya desde el momento en que llega a nuestras manos, como si el paso por el papel hubiera sido un mero trámite para el autor, es por lo menos llamativo.Y esa es, precisamente, la sensación que deja No está solo, el thriller del italiano Sandrone Dazieri que llegó a las librerías argentinas de la mano de Editorial Alfaguara, con traducción de Xavier González Rovira-: desde la primera hasta la última página, parece pensada para las pantallas de HBO o Netflix y no para la sección de policiales de una librería.

A pesar de ello (o quizás deba decir “gracias a eso”) el libro resulta atrapante. Y es que Dazieri -quien además de escritor es, efectivamente, guionista- sabe imprimirle a su relato las cuotas adecuadas  de misterio, acción,  supenso psicológico e incluso sensualidad.

La historia comienza con un caso aparentemente simple: un niño desaparece en las afueras de Roma y su madre es asesinada, por lo que las fuerzas de seguridad detienen al padre y esposo de las víctimas, quién tenía antecedentes de violencia familiar.

Sin embargo, un suspicaz jefe de Policía pondrá en duda esta versión y abrirá una investigación extra oficial qeu encargará a Colomba, una joven y atractiva agente de policía traumada por lo que ella llama “el Desastre”, y Dante Torres, un investigador privado que combina altas cuotas de genialidad con fuertes problemas psicológicos derivados de haber sido secuestrado durante once años por un personaje llamado El Padre.

De la mano de esa dupla (que parece fuertemente influenciada por la Lisbeth Salander y Mikael Blomkvist de Stiegg Larsson, aunque con los géneros cambiados) Dazieri irá desenredando una trama en la que no faltarán -al igual que en las historias del fallecido escritor sueco- los policías corruptos, los funcionarios judiciales mediocres, los genios cibernéticos y hasta los servicios secretos, tanto nacionales como internacionales.

Pero a diferencia del autor de la saga Millennium, Dazieri sabe imprimir a sus historias un ritmo ágil, a veces incluso vertiginoso, sin privarse de prácticamente ninguno de los clichés del género: asesinos tan inteligentes que parecen tener superpoderes, redes delictivas con ramificaciones tan amplias que resultan imposibles de desarticular, personajes que saben la verdad pero que se mueren justo en el momento antes de decirla, explosiones, fugas imposibles de edificios rodeados y personas que se salvan a último minuto de ser enterradas vivas.

Lo concreto es que son 552 páginas pero se leen tan rápido que parecen muchísimas menos. Y es que al final, por más que la historia sea poco creíble, uno termina encariñándose con los personajes, odiando a ese famoso Padre y deseando fervientemente que tanto Colomba como Dante no sólo sobrevivan sino sigan juntos, luchando -y triunfando- sobre los molinos de viento.

Dazieri lo sabe. Por eso su libro -que como era previsible pronto tendrá sus versiones cinematográfica y televisiva- cierra el círculo de la historia policial pero deja abierta la puerta para una posible continuación.

Así que acá estamos. Esperando volver a ver a Colomba y Dante en una nueva temporada. Perdón: libro.