En un Carnets anterior (Historias reescritas) hicimos referencia a la historia de Pedro Salvadores que Borges narró magistralmente en su ¿cuento? que lleva por título el nombre de ese personaje y que Andrés Rivera transformó en una novela ejemplar: En esta dulce tierra (1985).

Cuando uno descubre estas “superposiciones” goza del hallazgo y reafirma aquello de que desde Homero y su Odisea y los poemas de Gilgamesh nada nuevo florece en la literatura. El amigo Fernando Terreno tiene un blog, modesto pero virtuoso (que se puede visitar en este enlace) donde registra varias “coincidencias” u “homenajes” de autores que se animaron a desandar el mismo texto con singular eficacia. Me sorprendió descubrir en este blog que “La caída de la casa Usher” (1839), el estupendo cuento de Edgard Alan Poe, fue retomado por el también talentoso Ray Bradbury, quien en un episodio de Crónicas Marcianas (1950) incluye “Usher II”, un explícito homenaje al autor de El cuervo.

Como recordarán el cuento de Poe narra la llegada del protagonista a visitar a su camarada de la juventud que vive en la mansión de los Usher, en un clima típico de los relatos de misterio. Roderick Usher padece una extraña enfermedad que le impide salir. En ese entorno barroco, Roderick vaticinaba su propia muerte, y la de su hermana, Lady Madeline, también enferma, aunque pronto se sabe que está muerta y enterrada. Roderick dice que lleva varios días oyendo unos aullidos lejanos por la noche y que ya no tiene dudas de que es su hermana, a quien, sospecha, enterraron viva. Algo de ese terrorífico misterio se descubre en las últimas líneas del cuento.

En el texto de Bradbury, en el que yo no había reparado, un arquitecto de apellido Bigelow, es contratado por Stendahl (vaya coincidencia) para construir la casa Usher. Un incendio había destruido la anterior mansión con todos los libros de Poe adentro, entre otros (Como se ve, la quema de libros es una obsesión de Badbury, recordar Fahrenheit 451). Recuerde el lector que estamos en Marte. Cuando se termina de construir la casa Usher, aparece un inspector de Climas Morales cuya función es controlar la “creatividad” de las personas (parece que la manía se extendió hasta el presente). Como la casa trasgrede algunas leyes ordena demolerla pero aparece un gorila que se hace cargo del inspector (lo que recuerda, por otra parte, a Los crímenes de la calle de Morge y también hay referencias a El Pozo y el péndulo, ambos de Poe). El delirio continúa con una especie de terror gótico en clima extraterrestre que se lleva cinco muertos.

Lo curioso del caso –como observa bien Terreno- es que el cuento de Bradbury comienza igual que el de Poe, y reproduce también textualmente el último párrafo, aunque como se ve, los desarrollos son totalmente distintos.

*Nerio Tello  es periodista, escritor, editor y docente universitario. Autor del blog Letra Creativa.