Desde esta semana, y a raíz de una resolución del Ministerio de Desarrollo Productivo, que amplió el listado de comercios y pymes que pueden implementar estrategias para vender sus productos, las librerías de todo el país reiniciaron en parte sus actividades y comenzaron a implementar la entrega de libros a domicilio.

En este marco, las principales referentes de nuestra ciudad no se quedaron atrás e inmediatamente aprovecharon esta nueva disposición para reactivar parte del mercado, puesto que no se trata de que los locales estén abiertos y con atención al público, sino que las ventas se realizan únicamente de manera remota, especialmente a través de Internet, todo ello en un contexto que resulta muy desfavorable en general, pero que en este caso se trata de un sector que acumula años de caída de la actividad.

Revista Leemos consultó con las y los libreros de la ciudad que iniciaron desde el lunes pasado la venta online con envíos a domicilio, de acuerdo a lo que establece la decisión administrativa 490, a fin de conocer la manera en que se implementa y en qué situación se encuentra el rubro actualmente.

Creemos que esta medida se tendría que haber tomado desde el principio, ya que los libros son esenciales para este momento que estamos pasando de estar metidos en nuestras casas”, expresó Lucio Cuschnir de la cadena de librerías Palito de nuestra ciudad.

En este punto coincidió Giselle Ale, de Libros de la Arena y Fray Mocho, y destacó que se trata de una iniciativa “muy esperada por los libreros, porque nuestro sector viene atravesando una crisis profunda desde hace algunos años y esta parálisis nos coloca en una situación realmente difícil de superar”.

Por su parte, el Presidente de la Cámara de Libreros del Sudeste de la Provincia de Buenos Aires y referente de la librería Puro Cuento de nuestra ciudad, Damian Ale, detalló que, “a pesar de que podemos vender a puertas cerradas, algunas editoriales recién están comenzando a reabrir sus depósitos y otras aún no lo hicieron. Por otro lado, hay editoriales que no te extienden el vencimiento de pago de las facturas y esto, sumado al costo fijo que tiene cada una de las librerías -alquileres, servicios, sueldos, cargas sociales- y las cuentas que cada uno tiene que cubrir en su hogar, como cualquier otro que recibe un sueldo mensual, hace que haya que hacer malabares para cumplir con lo que se pueda.

Y es que hasta esta semana la actividad en los comercios de Mar del Plata estaba completamente paralizada. Así lo resume el escritor y librero Sebastián Chilano, uno de los fundadores de la librería El Gran Pez: “Hasta el momento llevábamos una cese total de actividades. La cadena de distribución está cortada y no hay novedades por el momento, así que a partir de ahora trabajamos con el stock que iremos actualizando periódicamente en las redes sociales de nuestra librería”.

Un método incipiente para el rubro

Esta es la metodología que varios de los referentes del segmento eligieron para implementar las ventas en un contexto totalmente atípico. De hecho, en Libros de la Arena y Fray Mocho, Ale explica que “estamos haciendo un horario reducido, de 10 a 16, donde sólo recibimos consultas y pedidos a través de nuestra pagina web, de las redes sociales y de todos nuestros canales de comunicación. La venta se realiza a través de Mercado Pago y los envíos por medio de Glovo y PedidosYa, para evitar al máximo el contacto y tomando todas las medidas de seguridad para cuidarnos entre todos”.

Si bien es cierto que las grandes plataformas de ventas online de libros, que distribuyen a todo el país, vienen implementando esta metodología desde hace tiempo, particularmente en Mar del Plata no todos los comercios habían llegado a poner en marcha la atención remota y, en algunos casos, los de esta semana son los primeros pasos en este sentido.

Tal es el caso de Puro Cuento. “Desde el lunes último se nos permite hacer envíos a domicilio en el marco de la cuarentena -detalla Damián Ale-. Estamos trabajando con todas las redes sociales que están a nuestro alcance, respondiendo consultas por éstas mismas o por teléfono en un horario reducido. En Puro Cuento hacemos los envíos nosotros mismos y es sin costo alguno“.

En cuanto a las librerías Palito, ya contaban con una experiencia previa y también cuentan con la herramienta del sitio web:las ventas se hacen a través de la página, con envíos por las aplicaciones y también por envíos que hacemos nosotros mismos con gente de nuestra empresa”, dijo Cuschnir y agregó: “La situación está complicada. Por el momento trataremos de mantener la estructura sin tomar medidas extraordinarias”.

Horizonte borroso

La única prioridad en este momento es cuidar las fuentes de trabajo, ya que son muchas familias las que trabajan con nosotros”, cuenta Giselle Ale y recuerda que se mantiene la expectativa por próximos anuncios por parte del Estado: “Esperamos que se concrete la ayuda que se prometió para las pymes, va a ser fundamental para la supervivencia de las librerías, que no podemos pensar en este momento cuál será nuestro futuro”.

Esta es una observación que comparte Lucio Cuschnir, quien aclara que “tenemos personal que nos acompaña desde hace muchos años, somos un equipo de trabajo”, de manera que intentar mantener la estructura actual es uno de los objetivos principales.

Sin embargo, las proyecciones no son alentadoras. Chilano de El Gran Pez, opina que “El futuro de las librerías es tan incierto como para todos los rubros. ¿Qué nos depara económicamente la segunda mitad del 2020? No lo sabemos. Sí sabemos que no estaremos exceptos de la suerte que corra la sociedad. Y más cuando el libro no es un objeto de primera necesidad. La industria del libro fue castigada sistemáticamente durante años, cuando parecía que iba a resurgir la actividad una pandemia que nadie previó aparece y congela las actividades. ¿Cómo preveer el futuro de la actividad?”, se pregunta.

El mismo panorama vislumbra el referente de Palito: “Va a ser muy complicado para el sector ya que por más que se levante la cuarentena la gente va a darle prioridad a insumos básicos como alimentación o medicamentos”.

La única estrategia parece ser la de ir paso a paso, echar mano de las herramientas existentes y dar a conocer las opciones al público lector, para que no se corte la cadena. “Vamos superando los obstáculos día a día, poniendo toda la energía para salir adelante una vez más”, concluye la encargada de Libros de la Arena, mientras que el presidente de la Cámara que nuclea al sector agrega: “Tener esta manera de trabajar es mejor que nada, hay que reinventarse e ir buscándole la vuelta”.

@revistaleemos