Sherlock es una serie británica que comenzó a transmitirse en 2010, realizada por la BBC y protagonizada por Benedict Cumberbatch y Martin Freeman, que desde hace ya un largo tiempo puede verse en la plataforma Netflix.
Las aventuras del mítico personaje creado por Arthur Conan Doyle, en 1887, cobran una nueva vida en esta exitosa serie. El detective ya no vive en el siglo XIX, ya no se desenvuelve en los ámbitos de aquella época, sino que ahora se encuentra en el siglo XXI, dotado de una caracterización totalmente renovada.
Ubicada en la actual Londres, la serie sigue los pasos del excéntrico Sherlock Holmes junto con su compañero John Watson, quienes buscan resolver todos los crímenes y misterios que se les van presentando. Las increíbles habilidades de deducción del detective y su arrogancia y distanciamiento personal siguen siendo la principal cualidad del personaje.
Esta actualización mantiene varios elementos tradicionales de la historia narrada por Conan Doyle, como por ejemplo la reconocida dirección de Baker Street y el malvado personaje James Moriarty. A pesar de que los hechos de los libros se transfieren a la modernidad, existen nuevos elementos que se incorporan y se adaptan a los personajes, como por ejemplo que ahora el Dr. Watson regresa de la Guerra de Afganistán.
Este nuevo Sherlock utiliza la tecnología moderna: mensajes de texto, internet y GPS, como medio de resolución de los crímenes. Podemos decir que es simplemente una versión actual de un personaje que en los libros también utiliza cualquier artefacto que esté a su alcance y que lo ayude a develar los misterios.
La serie fue creada por Steven Moffat y Mark Gatiss, quienes escribieron un episodio cada uno. El rodaje se llevó a cabo en varios lugares, entre ellos Londres y Cardiff. La serie, hasta el momento, cuenta con cuatro temporadas de tres episodios cada una, que tienen una duración promedio de 90 minutos. En ellos se narran las clásicas historias de Doyle, que debieron ser adaptadas para ser contadas en un mundo globalizado.
“Muy, muy pocas de estas historias pueden adaptarse muy fácilmente, ya que debido a su ritmo puede obtenerse solo unos 20 de minutos de una historia de Sherlock”, declaró hace un tiempo Cumberbatch. Esto provocó que algunas de las historias hayan sido omitidas, tomando como base otras como The Hounds of Baskerville (El sabueso de los Baskerville) o The Sign of the Four (El signo de los cuatro), que se van contando a lo largo de los episodios.
Sin duda alguna la serie es una joya para aquellos amantes de Sherlock Holmes y sus aventuras. La adaptación a la actualidad le da un condimento nuevo e innovador que genera la sorpresa de quien mira. Las actuaciones son fantásticas. Quizás la duración de los capítulos (aproximadamente una hora y media) sea un poco larga, más cercana a una película que a un capitulo de serie, pero no quita que el tiempo invertido valga la pena.
Por calidad, por historia y por actuaciones Sherlock es una serie imperdible, pero lo más importante es que la esencia de Holmes sigue siendo la misma que tuvo su origen en 1887: un detective con métodos de deducción brillantes y con una personalidad difícil de descifrar.
Josué Sánchez