El nuevo libro que publica Siglo XXI Editores titulado Feminismos para la revolución, cuenta con un meticuloso trabajo de la escritora e investigadora marplatense Laura Fernández Cordero.

Se trata de un volumen que se enmarca en la colección Biblioteca del pensamiento socialista de la editorial y que le encargó especialmente el Director Horacio Tarcu a Fernández Cordero, quien es socióloga, doctora en Ciencias Sociales y autora del libro Amor y anarquismo, que editó el mismo sello y que presentó junto a Dora Barrancos y Revista Leemos en la librería Fray Mocho con el año 2018.

“La idea era ver algo del cruce entre feminismos e izquierda -cuenta la compiladora-, le dimos vueltas y después de muchas conversaciones se fue convirtiendo, pandemia de por medio, en una cosa muy personal. Porque trabajando con Caty Galdeano, ella me animó a escribir la introducción en primera persona y a que los perfiles de las autoras que retomamos tuvieran un giro más literario. Y así salió”.

Feminismos para la revolución recupera textos de catorce exponentes del socialismo y el anarquismo que abordan diferentes temas vinculados al género. Como indica Fernández Cordero en la introducción, “no son representativos, no son los únicos posibles, no agotan la obra de cada voz autoral”, pero son, sin lugar a dudas, puntos de partida para pensar las fricciones y las convergencias de estas corrientes de pensamiento.

Interior de la publicación

La antóloga cuenta sobre estas catorce voces que “una discute con un gran pensador del anarquismo, otra está dentro del socialismo alemán, otra está en la Revolución Rusa. La idea es que sean textos no que solucionen todos los debates, sino que traigan más discusión, porque se ve lo contemporáneo que son estos textos a pesar de que tienen algunos más de 100 años”, explica.

El trabajo de recopilación, selección y en algunos casos traducción comprende hasta la Segunda Guerra Mundial, según el propio recorte que eligió la autora, que además se ocupó de contar quiénes fueron cada una de esas voces y en qué contexto surgen los textos que incluye: “Quisimos hacer estos ejercicios biográficos que le llamamos miniatura y que aparecen al inicio de cada texto. La propuesta es que esto se salga de lo académico, que alimente un poco el debate y la lectura general. Porque a lo mejor hablamos de mujeres que son muy conocidas en cierto ámbito pero su historia o su pensamiento no es que lo conoce todo el mundo”.

Cada voz dentro de este libro está además caratulada con una palabra que, ya sea por el propio sentido que se desprende de los textos que se incorporan o por la propuesta de Fernández Cordero, definen escuetamente a cada autora. Por ejemplo, Claire Démar es “futura”; Aleksandra Kollontay es “amante”; Flora Tristán es “migrante”; Rosa Luxemburgo es “multiplicada”.

¿Qué cosas te sorprendieron de lo que encontraste en esta investigación?

-Cuando Ernesto Quesada, un sociólogo y profesor argentino de principio de siglo empezó a explicar qué era el feminismo a un grupo de mujeres en 1898, dijo “No cómo ese espíritu exaltado, Claire Démar”. ¿Ese espíritu exaltado?, me dije, hay que ir a buscarlo. Eso me sorprendió. Ahí encuentro que ella escribe el texto y se suicida, tiene 34 años, había un personaje fuerte, su texto habla del amor sexual, de probar antes del matrimonio el placer de la carne. Cosas que en 1830 te dejan pasmada. Esa si fue una sorpresa. A las otras las conocía un poco más.

Hay una licencia de la editorial que dice en la tapa ’14 mujeres’ pero en realidad también hay dos varones y una persona que hoy diríamos que es travesti pero en ese momento se decía mujer, madre que es La Bella Otero, que es un personaje hermoso. Está en cautiverio, la tienen encarcelada los criminólogos y psiquiatras que estudian casos marginales de todo tipo y están fascinados con este personaje que lo que hace es aprovechar y colar su autobiografía, entonces escribe un textito chiquitito y dice “yo soy mujer, soy madre” y es re erótico. Ese textito lo incluimos.

Estos textos que seleccionaron son muy diversos. No son los típicos textos del estilo del manifiesto feminista.

-No, de hecho, creo que una o dos se dicen a sí mismas feministas. Es un momento en donde se está creando el término feminismo, si hoy está en disputa, imaginate entonces. Y lo que dice el libro es eso: siempre está en disputa y que ese sujeto mujer y que ese sujeto político del feminismo siempre estuvo en disputa y de ahí la licencia de decir son catorce voces de mujeres pero no como identidad mujer arraigada biológicamente, un poco batallar contra esta idea del feminismo radical, esencialista, solo de la mujer, la vagina, la expresión de los feminismos. Entonces vemos que desde los inicios esto no es así y que está en debate permanente.

Y cuál era tu objetivo personal con este libro?

-Que sea una herramienta. Porque al estar los textos de ellas, vos lees y ves qué haces. Porque hay notas, memorias, cartas, ensayo político. Sumar un poco de voces a ese panteón.

Entre las izquierdas y los feminismos siempre hubo una especie de fricción…

-Si, es complejo porque son dos tradiciones que se dividen, que se nombran, que reflexionan sobre sí mismas y que se han encontrado y desencontrado. Se usaron mucho las metáforas del noviazgo, el matrimonio y todas esas que yo trato de evitar. Ha habido mucha fricción y mucho debate pero tampoco son compartimentos estancos: muchas veces coincidían, ahí vas a ver por ejemplo a Clara Zetkin que hace una separación tajante del feminismo y después cuando habla de apoyar el sufragio le parece que es una herramienta para despertar la conciencia de las obreras.

Acá las socialistas vienen a generar una discusión sobre el sistema que a las feministas liberales no les interesa, porque no quieren discutir el capitalismo. En cambio, aparecen las otras para pensar estas nociones anarco-socialistas de trascender el capitalismo de alguna manera. El debate está ahí. A veces parece que lo del feminismo liberal de las grandes empresas es de ahora, pero lo cierto es que desde los inicios estuvo el gesto liberal de apoyar una reivindicación que no se salía de ciertas cuestiones específicas.

Enunciación feminista

En su encuentro con Revista Leemos, Fernández Cordero aclara que no todos los textos que se incluyen en el libro son de contenido feminista sino que lo que aparece es un tipo de enunciación que viene a romper con lo dado. “La mina que se paró a decir ‘esto no’, la que se tuvo que poner a discutir ‘no tenemos el cerebro más chico’, otra que tuvo que discutir ‘sí, podemos estudiar en la universidad’, y quizás esa posición de enunciación, como dice Démar ‘yo hablo’ ya era un montón”, explica y agrega: “Esa enunciación, de pararse y decir acá está pasando algo con una condición que le llaman de mujer, que implica determinados roles, determinados límites, determinadas obligaciones, discutir eso es un gesto feminista”.

¿Te quedó alguna referente afuera? Alguna que te hubiera encantado incluirla pero no le encontraste una articulación o algo que justificara su aparición en esta antología?

-Bueno, fue un tema que pensé mucho, porque si esto tiene que ser un cupo faltan un montón. Son casi todas blancas, no son todas europeas, hay muchas latinoamericanas, falta una cuestión étnica racial, casi todas dicen de sí que son heterosexuales, menos La Bella Otero y un coqueteo de Flora Tristán.

En un momento tuvimos que decidir y que no sea una antología del cupo porque es imposible, siempre vas a dejar a alguna voz afuera y no siempre existió porque encontrar un cruce de izquierdas, feministas y de cierto origen étnico, es muy difícil. Así que este libro no quiere cumplir un cupo porque es imposible, pero se hace cargo de que excluyó un montón de voces.

Me hubiera gustado incluir a las hijas de Marx, Eleonor o Laura, escribían cartas, ensayos, no encontré ninguna que dijera “esta la quiero”. Y es que hay mucho texto que dice lo que hay que decir, como un cassette, y yo quería que el texto quiebre.

EN ESTA NOTA:

Laura Fernández Cordero: Socióloga y Doctora en Ciencias Sociales y Humanidades. Investigadora del Conicet, dirige el proyecto de investigación sobre revistas de las izquierdas enfocado en discusiones, debates y aportes en la renovación sexual previa a la revolución de los 60. Autora de Amor y anarquismo (Siglo XXI).

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Triana Kossmann: Es licenciada en Comunicación por la UNLP, es periodista y trabaja en prensa institucional. Cofundadora de Revista Leemos y lectora angurrienta.

@trianakossmann