Por primera vez desde 1949 este año no se entregará el Nobel de Literatura. La academia informó en un comunicado la resolución de suspender la entrega del Premio Nobel por la pérdida de “confianza”del mundo exterior en la institución y por su propio “debilitamiento”, tras la salida de ocho de sus dieciocho miembros.
Todo comenzó a finales de noviembre pasado, cuando 18 mujeres denunciaron de forma anónima en el Dagens Nyheter, el mayor diario sueco con una tirada de 340.000 ejemplares por día, las supuestas vejaciones y abusos sexuales cometidos por una alta personalidad cultural vinculada a la Academia Sueca, agregando que algunos hechos se habían cometido en las dependencias de la Academia, lo que involucra aún más a la institución.
Más tarde se supo que el acusado era Jean-Claude Arnault, dramaturgo y fotógrafo francés residente en Suecia desde hace décadas, casado con Katarina Frostenson, miembro de la academia y que este hombre, además, sería el causante de las filtraciones a la prensa de quienes serían los ganadores del Nobel en los últimos años.
Ante este escándalo, La Academia decidió encargar una investigación externa para que hiciera un informe que finalmente coincidió en señalar a Arnault. Sin embargo, no alcanzó el informe para convencer a todos y una ajustada mayoría de miembros, se negó a expulsar a Katarina Frostenson por las acusaciones contra su marido.
Esto originó la dimisión en cadena de varios escritores como Klas Östergren, Kjell Espmark y Peter Englund y, finalmente, ante el agravamiento de la crisis, se dio la renuncia de la secretaria permanente de la institución, Sara Danius, que dimitió tras una tensa reunión en la sede de la Academia. Finalmente, ya sin salida, renunció también la escritora Katarina Frostenson ya que su situación se hacía insostenible por las denuncias contra su esposo y por el peso de la crisis desatada.
Aunque el proceso de selección de candidatos para el Nobel de Literatura de este año transcurría al ritmo habitual, “es necesario que la Academia tenga tiempo para recuperar su fuerza plena, involucrar a una cantidad mayor de miembros activos y restaurar la confianza en ella antes de elegir un nuevo galardonado”. se afirmó en el comunicado dado a conocer.
Los miembros restantes de la institución, coincidieron en la necesidad de desarrollar un nuevo marco de trabajo, una tarea que ya está en marcha y que incluye modernizar los estatutos y las rutinas sobre parcialidad y reforzar la confidencialidad.
El tema es todo un asunto de Estado para Suecia, tanto es así que el rey Carlos XVI Gustavo ha decidido tomar cartas en el asunto, porque los premios Nobel son para Suecia uno de sus mayores activos en términos de imagen y prestigio. El monarca pretende ahora cambiar las centenarias leyes que rigen la institución para permitir que los miembros que han renunciado puedan ser sustituidos por otros, lo que no permiten las normativas vigente, ya que los cargos son vitalicios, lo que hace que quienes renuncien no puedan ser reemplazados hasta su muerte.
Será el año próximo en que se entreguen los dos premios conjuntamente, el ahora suspendido premio 2018 junto al 2019.