El rey que no sabía soñar es uno de esos libros ideales para ser leídos en la cama, en la complicidad nocturna entre padres (o madres) e hijos y como antesala al beso de las buenas noches.

La historia, escrita por María Cristina Ramos y editada por Edebé en forma de libro álbum, es simple y a la vez inmensa: relata las peripecias que vive un rey para lograr algo que no puede hacer y que sí puede su esposa, la reina: soñar.

Bellamente ilustrado por Eugenia Nobati, resulta una profunda metáfora de cómo muchas veces creemos que tenemos que hacer grandes esfuerzos para alcanzar nuestros sueños cuando bastaría con aprender a mirar a nuestro alrededor y saber escuchar.

Un libro ideal, como dice la dedicatoria (que resulta parte imprescindible del libro) tanto para las personas que “sueñan todas las noches”, como las que “sueñan algunas veces” o, incluso, aquellas que “no saben si juntar piedritas de río, papel plateado, pétalos o viruta de lápiz para que los sueños lleguen alguna vez”.