En un proceso de crisis generalizada y cuando la industria editorial atraviesa uno de los peores momentos de su historia en Argentina, la novela romántica sigue siendo uno de los segmentos más visitados del rubro.

Cierto es que el mes pasado la publicación del libro Sinceramente, de la senadora y ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, -que resultó sorpresiva, porque no se había filtrado la noticia antes de su lanzamiento por el grupo editorial Penguin Random House– motorizó un número importante de las ventas, pero en rigor el sector vive al menos tres años de caída sostenida.

La cantidad de novedades que se publican mes a mes fueron bajando sin pausa, y de acuerdo al informe 2018 de la Cámara Argentina del Libro cada año las tiradas son menos y cada vez es menor la cantidad de ejemplares por tirada. Para tener una referencia concreta, en el año 2014 se imprimieron 129 millones de ejemplares y en 2018 ese número se redujo 43 millones.

Pero en este contexto, la novela romántica es un segmento que sostiene con dignidad su ritmo de publicaciones y, no solamente eso, sino que también se da el lujo de precisar reediciones. Es la estrategia que el mes pasado implementó el sello que agrupa editoriales como Alfaguara, Suma de Letras y Ediciones B, entre otras, y que acumuló en mayo una cantidad de títulos relacionados con este género.

Más allá del éxito de la segunda parte de la saga de La Diana, de Florencia Bonelli, titulada Dime, ¿quién es como Dios?, que salió a las librerías por primera vez en abril, la editorial SUMA reeditó varios de sus títulos más buscados que se publicaron en los últimos meses: la trilogía Caballo de Fuego y Lo que dicen tus ojos, que salieron en mayo; y Marlene, la historia de Artemio Furia y El cuarto arcano que se publicaron a fines del año pasado.

Bonelli continúa siendo una de las autoras argentinas –no solamente del género romántico- más vendida de los últimos años y sus libros ocupan lugares destacados en los anaqueles de las librerías.

En este mismo sentido, el sello Vergara volvió a las vidrieras con la reedición de Camino al placer, de Anabella Franco en marzo pasado,  un título que había salido inicialmente en el año 2014 y que fue aclamado por las y los seguidores de la autora quilmeña, que últimamente también sacó por este sello su novela Julieta en 2018.

Otro ejemplo del movimiento editorial que conlleva el género romántico es el de la nueva edición de Lo que no se nombra, de Gabriela Margall que además cuenta con una particularidad: el sello B decidió incluir en este título la novela Los Naranjos, inédita hasta este ejemplar y que es considerada una precursora de la historia de Victoria y Federico, protagonistas de la novela que fue muy bien recibida por lectores de todo el país cuando en el año 2017 fue publicada por Vestales.

Las autoras argentinas son sólo una parte de la movida, que también incluye a referentes extranjeras como Lucinda Riley con su saga de Las siete hermanas,  a E.L. James –autora de Cincuenta sombras de Grey– con su título Mister, Megan March con su trilogía Rey (Vergara) y Nora Roberts con Al rojo vivo (Debolsillo), entre otras.

@trianakossmann