Las y los amantes del cine de terror y los amantes de la literatura de terror -que presumo son menos cantidad pero igual de amantes-, deben estar masticándose las uñas. Todos ellos. Y es que parece que se vino una oleada de adaptaciones de novelas de Stephen King a la pantalla grande en los últimos tiempos. Entre primeras experiencias y remakes… no hay respiro.
No hace falta un estudio muy exhaustivo. Me parece que la cosa pudo haber reiniciado con la película Carrie que pasan en el cable constantemente (Ahora que lo escribo, qué cosa antigua decir “el cable”). Protagonizada por la inescrutable Chloe Grace Moretz y la doblemente inescrutable Julianne Moore, que interpreta a la madre de la pobre chica con poderes telequinéticos, esta nueva versión se estrenó en 2013. Y una no puede evitar establecer una comparación con la primera versión para cine de esta colosal novela de terror.
Hay que dejar afuera de todo análisis las versiones de 1999 (Carrie 2: La Ira, secuela oficial que cuenta la historia de la hermana de Carrie White) y la de 2002 porque ya sería un exceso de bullying y sangre insoportable. La primera y la última fueron dirigidas por Brian De Palma, que aparentemente tiene una cierta tendencia a reinventarse, y sin lugar a dudas es el que mejor pudo lidiar con los efectos disponibles para cada época.
Un par de datos llamativos de estas dos adaptaciones: la primera Carrie fue alcanzada por la censura en nuestro país y recién pudo verse sin cortes en octubre de 1983; y la de 2013 es la única que contó con la participación del propio Stephen King en la elaboración del guión.
Pero hay más sobre don Stephen. Hace unos días tuve la oportunidad de ver El Pulso, título para Argentina de la adaptación de Cell. Ya la novela no había recibido buenas críticas cuando salió a la venta en el año 2006, principalmente porque el final no terminaba de convencer a los amantes de la literatura de terror / suspense.
Y los críticos de cine coinciden en que la película es aún peor. Se trata de un apocalipsis zombie que inicia con un pulso emitido por los teléfonos celulares. En la adaptación del cine los protagonistas son John Cusack y Samuel L. Jackson, ambos con una actuación para nada rescatable. A mi me aburrió. Mucho.
El argumento también es pobre y los efectos… bueno. No sería el ejemplo de película basada en novelas de King que un amante del género usaría para recomendar. Lo realmente sorprendente es que el guión haya estado a cargo del propio autor, a quien tantos queremos… pero refuerza la idea de que nadie es infalible.
Ojalá nos encontremos con un panorama más satisfactorio en las próximas adaptaciones que se vienen. Por eso, ¡a no desesperar! Todo hace suponer que la nueva versión de It, el malísimo Pennywise llegará a los cines el año próximo y promete renovar el pánico que todavía causan los payasos a una generación entera. Este es un hecho que, al parecer, no hizo eco en algunos señores sueltos en la Peatonal de nuestra ciudad con muy poco sentido de la solidaridad para con aquellos que aun lidiamos con los traumas de la infancia. Un rechazo del que no se salva ni Piñón Fijo.
Otra que se viene es la adaptación de La torre oscura, la saga que involucra más géneros de los que estamos acostumbrados a ver en la pantalla grande sobre la obra de King. Este film estará protagonizado por Idris Elba y Matthew McConaughey y no será sobre el primero de los libros, como es tradición en Hollywood, sino que retomará algunos elementos de El Pistolero, la primera de las entregas y será una verdadera condensación de la historia que además comprende La llegada de los tres, Las Tierras Baldías, Mago y Cristal, Lobos del Calla, Canción de Susannah, La Torre Oscura y el último editado en 2012, El viento por la cerradura.
Más allá de todas estas promesas del cine, de las renovaciones y los efectos que mejoran minuto a minuto, sin lugar a dudas la obra de Stephen King, con sus altibajos inclusive, es una referencia para quienes disfrutan del suspense y el terror y sus revisitas cinematográficas se quedaron instaladas en las memorias de muchos.
De hecho, cada vez que camino por un pasillo largo, me doy vuelta para ver si no están paradas detrás de mí las siniestras mellicitas de El Resplandor. Y… ¿quién no?
Carrie – 1976
Cell – 2016