Es agosto de 1991. Argentina está sumida en una profunda crisis socio-económica. Raúl Ibáñez cree que la situación no puede estar peor hasta que un día la realidad le demuestra lo contrario: su pueblo amaneció tapado por una nube de cenizas, su mujer está desaparecida y unos desconocidos le advierten que si quiere volver a verla deberá devolver el millón y medio de dólares que robó. El problema es que Raúl no robó nada.

Ese es el argumento sobre el gira Rescate Gris, un thriller ambientado en la Patagonia que desde hace algunos meses puede comprarse en las librerías marplatenses, al igual que las de toda la Argentina. Desde Barcelona, donde está radicado desde hace varios años, su autor, Cristian Perfumo, afirma en diálogo con Revista Leemos que la publicación de ese libro de la mano de Suma de Letras y su distribución en el mercado tradicional argentino es “un sueño hecho realidad”.  

“Siendo argentino y ambientando mis historias en el país, ver la novela en las librerías de allá y que todos mis lectores de mi país puedan acceder a ella en papel es genial, lo estoy viviendo con muchísima alegría” afirma.

A través de las líneas imaginarias de Watsapp, Cristian habla con una singular tonada, en la que el clásico voseo rioplatense aparece influenciado por una mezcla de castellano español, catalán y hasta del inglés que escuchó de manera cotidiana durante los seis años en los que vivió en Australia.

Pero más allá de la multiculturalidad que lo atraviesa -y que se refleja en su voz- los libros de Perfumo llevan el sello inconfundible de la Patagonia en la que nació y se crió. Una decisión consciente y más que acertada si se tienen en cuenta los resultados: en 2017 su novela El coleccionista de flechas resultó ganadora del Premio Literario Amazon Storyteller. Un año después, en 2018, fue finalista del Premio Clarín Novela.

Ahora mismo, mientras a través de sus siempre activas redes sociales recibe fotos de lectores felices por haber conseguido Rescate Gris en papel en Argentina, su última novela, Los crímenes del glaciar es un éxito de ventas en su versión digital.

Mientras un viento casi patagónico azotaba las calles marplatenses, aportando el contexto ideal para una conversación entre dos personas acostumbradas a los caprichos climáticos de América del Sur, Perfumo mantuvo el siguiente diálogo con Revista Leemos:

Rescate Gris es tu primera novela en papel que aparece en las librerías locales y significativamente toca un tema bien nuestro, cómo son la hiperinflación de los 90 y la erupción del volcán Hudson en agosto de 1991. ¿Cuánto de tu experiencia personal hay en el libro?

Cristian celebra la edición de Rescate Gris en papel, producida en plena pandemia.

Mucho, porque yo viví todo eso. Cuando el volcán entró en erupción tenía 8 años, me levanté un día y el cielo estaba de un color entre naranja y gris. No sabíamos lo que pasaba, tardamos en enterarnos a través de la radio que un volcán que estaba a 600 kilómetros había generado una nube de ceniza del tamaño de la provincia de Entre Ríos. Y resultó que nuestro pueblo estaba debajo de esa nube.

-¿Sólo apelaste a tu memoria o recurriste a testimonios de otras personas?

Me ayudaron muchísimo familiares, amigos y gente del pueblo que me fueron contando su experiencia. Cuando empecé a plantearme la idea entendí que la visión de un niño no es la misma visión que podían tener mis padres o una persona que en aquel momento tenía 30 o 50 años. Les pedí a todos mis lectores y mis contactos en las redes sociales que me cuenten cosas, sus recuerdos de la erupción del Hudson. Con eso hice una especie de imagen colectiva que luego intenté transferir a la novela.

-El libro está dedicado “a todos los que mordimos el polvo durante aquellos días” a quienes definís como “aves fénix”. ¿Creés que los argentinos somos unos sobrevientes?

Mi experiencia me dice que las crisis en Argentina lamentablemente son cíclicas entonces más que considerar a la gente de esa época como sobrevivientes de un fenómeno de la naturaleza unido a una profunda crisis económica, considero que todos los argentinos somos sobrevivientes de constantes crisis que tenemos que enfrentar a lo largo de nuestra vida.

-En el libro te animás a abordar un tema difícil, como es la depresión. ¿Cómo lo trabajaste y por qué decidiste incluirlo?

Los crímenes del Glaciar es la última novela de Perfumo: “Fue mi mejor lanzamiento hasta el momento”, afirmó el autor.

Creo que sigue siendo un problema invisibilizado o menos visible de lo que son otros problemas, como por ejemplo una patología biológica que se refleja claramente en el cuerpo. Todavía hay muchas personas que no le dan importancia a las enfermedades mentales. Si eso lo trasladamos a una mujer en la sociedad machista en la que vivíamos en 1991 (y lamentablemente, seguimos viviendo) era un problema menos visible aún. Yo quería darle visibilidad y por eso construí ese personaje, con todo el respeto que pude porque es un tema muy delicado y no quería caer en clichés o lugares comunes. Intenté hacerlo de la manera más respetuosa y más verosímil posible.

En Rescate Gris pareciera haber una profundización del regionalismo de tu escritura. En algún momento hasta hacés que tu personaje diga “boludo”. ¿Es intencional?

En todos mis libros intento que mis personajes sean fieles a la forma de hablar que tienen en su tierra. En mi caso, como la mayoría de mis personajes son argentinos, quiero que hablen en argentino. Para mi es un espanto leer en un libro a un argentino que vive en Argentina y habla de tu, es irreal, es como un español que hable de vos. No es para nada verosisimil. Pero a su vez me esfueroz para que una persona que es de otra parte del mundo comprenda lo que se dice, ya sea por el contexto o por las palabras que elxijo. En esas situaciones me siento un poco un equilibrista, porque a lo mejor una palabra que un argentino diría y que refleja claramente lo que quiere decir, si la lee un español, o un mexicano, no la entienden. Entonces tengo que pensar cómo lo digo para que siga sonando argentino pero que se entienda en otro lado. En eso trabajo mucho, me lleva mucho esfuerzo, pero creo que es la única manera de darle visibilidad a nuestra manera de hablar el castellano pero sin perder lectores en otras partes del mundo.

-Cuando hablamos en 2017 sobre la importancia de haber ganado el premio Amazon vos dijiste que iba a ser juna bisagra en tu carrera. Al año siguiente fuiste finalista en el premio Clarín Planeta. ¿Esta publicación en papel en el resultado de ese giro en tu carrera?

-Si, tenés razón en que ambos premios fueron momentos bisagras en mi carrera. El de Amazon, que es un premio que reconoce el potencial comercial de una novela, me dio muchísima visibilidad, multiplicó el número de lectores que me seguían y me leían y me sirvió para darme mucha fuerza para continuar escribiendo. Por otra parte el Premio Clarín yo entiendo que reconoce más el potencial literario de una novela. Entonces haber sido distinguido en los dos, ganado uno y quedado finalista en el otro, a mi me mostró que podía estar un poco a caballo entre los dos mundos, producir obras que tengan potencial comercial pero además que la gente que estudia mucha literatura considera que no son un desastre (risas). Y eso me llena de satisfacción, claramente.

-Hasta ese momento eras un autor autopublicado y vos reivindicabas ese tipo de publicación. Hoy tu libro llega a la Argentina de la mano de una editorial como Suma de Letras. ¿Extrañás algo de la época en que te autopublicabas?

-Extrañar no extraño porque me sigo autoeditando, lo que pasa es que ahora soy lo que llaman un autor híbrido, que publica con una editorial y me autopublico en diferentes formatos. Ahora soy lo que llaman un autor híbrido, que publica con una editorial y se autopublica en diferentes formatos. Espero tener lo mejor de ambas metodologías.

Rescate Gris salió en papel en medio de la pandemia. Ese parate que significó, para algunos resultó angustiante. ¿En tu caso fue productivo?

-Fue un período tan extenso que en realidad haría distintos análisis. A mi el inicio de la pandemia me agarró en Argentina, había ido a presentar un libro y ver a mi familia. Cuando era la hora de volver a Barcelona, que es donde vivo, no podíamos. Estuve cuatro meses en Puerto Deseado y llegó un momento en el que me di cuenta de que no sabía cuánto tiempo iba a estar: podía volver al mes siguiente o quedarme cuatro meses más. Entonces entendí que tenía que ponerme a hacer algo y me puse a plantear el esqueleto de lo que terminó siendo Los crímenes del glaciar, que es mi última novela a la fecha. Es decir que, si tengo que ser sincero, no influyó de manera positiva, no fui más productivo porque había preocupación, incertidumbre y demás. Pero pude escribir una novela entera, que a mi me gusta mucho, así que estoy orgulloso de lo que hice a pesar del contexto.

-A Tu última novela, Los crímenes del glaciar, le está yendo muy bien. ¿Vas a venir a presentarla a Argentina en algún momento?

-Es verdad, le está yendo muy bien, fue mi mejor lanzamiento hasta el momento. Me encanta, porque quiere decir que la gente que me lee, crece. Y siempre estoy pensando en ir a Argentina a visitar a mi familia y, si voy, seguramente lo haré coincidir con alguna presentación. Los mantendré al tanto.

Limay Ameztoy