Martes a la tarde. Un pequeño grupo que yo tenía el privilegio de integrar, encabezado por el director de la 42° Feria Internacional del Libro, Oche Califa, esperaba a una de las autoras internacionales más convocantes del ciclo.
La española Milena Busquets llegó de jeans, zapatillas y con el pelo recogido. Saludó a todos con el clásico doble beso español y se mostró más que relajada, como si las decenas de personas que ya hacían cola frente a la sala Victoria Ocampo no la esperaran a ella sino a alguien más.
“Todo esto es una locura” afirmó mientras firmaba el libro protocolar de la Feria y recordaba, aún sorprendida, que También esto pasará ya fue traducido a 30 lenguas. “Una verdadera locura, ni yo lo entiendo” repitió.
Fue entonces que, alejada de cualquier postura impostada de escritora exitosa, me preguntó, refiriéndose al libro que llevaba bajo el brazo, listo para ser autografiado:
-¿Te gustó?
-Me conmovió hasta las lágrimas-, reconocí.
El rostro se le iluminó en una sincera sonrisa.
-Qué bueno, me alegro mucho.
Minutos después Milena Busquets ingresaba a una sala a todas luces insuficiente para albergar a la cantidad de personas que habían querido escucharla. Relajada, habló durante alrededor de una hora y media sobre sus dos libros, su infancia y su particular familia, de la que supo ser parte la editora Esther Tusquets.
En una charla panel organizada por la Fundación El Libro y la Editorial Anagrama, la periodista Eugenia Zicavo llevó adelante la moderación junto a Jorge Herralde, fundador y editor de Anagrama quién también se encargó de resaltarle públicamente a la Catalana el fenómeno literario mundial que está alcanzando.
Además aproveché para contarle que soy de Mar del Plata y trabajo todos los años en la Feria del Libro, por lo que sorprendida me dijo: “Por supuesto que oí hablar de Mar del Plata, ciudad costera que espero visitar algún día”. Pero lo más importante es que se mostró como lo que es: una autora que, habiendo vendido millones de ejemplares, todavía se alegra al saber que su libro conmovió a una de sus lectoras.