Hace pocos años que el músico y poeta marplatense Raúl Alonso debió radicarse en Granada, España. A poco de llegar a su nuevo hogar había salido publicado en Buenos Aires su libro de relatos Alethéia y esa fractura entre el destino de aquél libro y su propia realidad cotidiana lo dejó en un estado de profunda apatía hacia la escritura.

Pero, repuesto y adaptado a la nueva vida, ya finales de 2021 había publicado dos volúmenes de poesía: No habrá cesado el rito con Editorial Aliar de Granada, y Nadie sabe responder, con Editorial Ilíada de Berlín, Alemania). Se trata de poesías seleccionadas que escribió a partir de su llegada al viejo continente.

Sobre esta nueva experiencia de escribir “desde lejos”, el autor charló con Revista Leemos y contó que “el primer tiempo de residencia en España fue bastante apático en cuanto a la escritura, pero con el correr de los meses y por experiencias vividas, comenzó la necesidad de abrirle paso a ciertos tópicos que estaban en mí y que ya no soportaban el encierro. Así que comencé a escribir progresivamente”.

“La poesía no se encuentra exenta de nostalgia -explica y dice confesar que “para mí, la distancia es una parte esencialísima de la nostalgia. Uno siente nostalgia por lo perdido, por lo que ya no puede vivenciar como en otros instantes, pero la distancia profundiza ese sentimiento, lo acrecienta fuertemente. Creo que en mi poesía existen las dos sensaciones”, destaca.

El autor cuenta que los poemas integran estos dos nuevos volúmenes, fueron escritos en un período en el cual “la distancia generaba nostalgia y tristeza, parecía como que en mi propia vida la distancia siempre tuvo un papel esencial. Y no hablo de grandísimas distancias como es en este caso. Muchas veces la distancia está presente aún con dos personas que se encuentran frente a frente”.

El prólogo del libro fue escrito por el escritor y docente de la Universidad de Granada, Gerardo Rodríguez Salas. En sus palabras sobre los poemas de Alonso, considera que el autor marplatense propone una mirada a través de la cual se ponen en jaque las masculinidades, pero sobre este asunto Alonso entiende que solo se trata de dar cuenta de una cierta sensibilidad que, en algunos ámbitos, parece desconcertar y considerarse revelador: “No creo poner nada en jaque si pienso que un hombre heterosexual, amante del choripán, peronista e hincha de Boca puede llorar libremente cuando su ser se lo suplica o de sentirse un poco menos hombre porque careció en un momento de la valentía que la situación requería“.

Desde su casa en Granada, España, el músico, cantante y escritor marplatense responde que en sus nuevos textos publicados, aparece sin dudas un registro del exilio, pero aclara que “‘exilio’ me parece demasiado grande. Existe y existió mucha gente que de verdad vivió el exilio, no puedo dejar de recordar a tantas personas que tuvieron que irse de su lugar de un día para otro porque corría peligro su vida en mi país. Algún día se escribirá o se realizará algún análisis serio sobre la gente que se exilia por necesidad económica, como fue mi caso. En ese estado que podríamos convenir en llamar “exilio”, uno escribe con ello encima, sobre las espaldas. Pero también el no estar en el lugar en que uno quisiera estar o no poder cumplir determinados sueños son lugares desde donde puedo apreciar mi poesía última”.

@trianakossmann