Le pedimos al autor de En tres noches la eternidad, entre otros, que nos contara sobre sus últimas lecturas y nos propuso un juego de relaciones imperdible. Estas son sus recomendaciones.

Por Sebastián Chilano*

Diario de un extranjero en París, Curzio Malaparte. (Tusquets 2014)
El diario de un escritor puede ser una contradicción para sus lectores, ¿es parte de su obra o es una dádiva para que podamos espiar la intimidad de un creador? Algunos consideran los diarios un género mayor, el Borges de Bioy Casares, los diarios de Gombrowickz, las entregas dadas y aún pendientes de Piglia y Castillo, son algunos ejemplos. En el caso de Malaparte se agrega su propia figura y el tiempo histórico que abarca: ser italiano (con un pasado fascista del que renegó a tiempo) viviendo en la Francia de postguerra, donde la sombra nazi no se replegó del todo y la reconstrucción es veloz porque rápidamente hay que olvidar. Como Celine, aunque lejos de su brillante Viaje al fin de la noche, Malaparte fue repudiado por algunas de sus ideas y deja parte de esas amarguras en este diario donde no falta su odio hacia Camus y reproches a esa Francia que no es, que no lo acepta.

Boomerang, Elvio Gandolfo (Planeta 1993)

Iván trabaja en un banco y gracias al comentario azaroso de uno de sus compañeros (y único amigo) descubre un vacío, un hueco en el sistema que le permite derivar plata a una cuenta falsa y robar (por una vez hay que decir la palabra) migajas que conformarán una pequeña fortuna, pero algo falla y cuando se cree acorralado decide tomar ese dinero y escapar al Uruguay. En el viaje al otro lado del charco, conoce a una mujer, Paula, y de la turística Colonia del Sacramento van a una Montevideo idealizada sin mucha más ideas que gastar el dinero y fingir que esos días (y ese dinero) son un todo que anula el futuro. Predecesora de La Uruguaya de Pedro Mairal, quizás sea una buena entrada a la literatura de Gandolfo.

Nueve noches, Bernardo Carvalho. (Edhasa 2011)
Un antropólogo norteamericano, Buell Quain, muere en la selva amazónica y el protagonista de esta novela se encuentra casualmente con esta noticia que lo obsesiona del mismo modo que al antropólogo lo obsesionaron los indígenas al punto que se mimetizó tanto con ellos como el narrador se siente emparentado a Quain. Que la muerte del antropólogo haya sido un suicidio es un detalle que aumenta la tensión y la intriga. Que la antropología se mezcle con el amor y el deseo, con el olvido y la civilización que los condenados quieren dejar atrás son uno de los tantos placeres que encierra esta novela que nos lleva, como pocas, a ese lugar único que nos dio Joseph Conrad con su viaje a El corazón mismo de las tinieblas.

Gran ensayo sobre Baudelaire, Felipe Polleri (Lagüey 2016)

Leer una novela para recordar otra. En Gran ensayo sobre Baudelaire, Felipe Polleri retrata a un escritor que se encierra a trabajar en su obsesión: Baudelaire. Y en su obsesión lo pierde todo, no puede abrir esa puerta y dejar entrar el mundo exterior. Su mujer queda afuera del departamento y pasa a ser tan importante como el poeta francés. Ella, afuera, quiere entrar. Y esa situación me hizo recordar y releer una novela de 2004 que cuenta el encierro de un oficinista que espera que su depresión mejore mientras su vida, su mundo y todo alrededor colapsa, se trata de El encierro de Ojeda, de Martín Murphy. Me gusta la tercera novela, la que genera el lector de ambas novelas: que una complementa a la otra, que la mujer del hombre que escribe sobre Baudelaire en realidad está parada a la puerta de otro hombre, de ese oficinista que se encierra en su propia caída por culpa de un ascenso laboral.

La esposa joven, Alessandro Baricco. (Anagrama 2016)

Los personajes se nuclean alrededor de la casa, y del día. La noche y las vacaciones que los alejarán de la casa son momentos que se temen, que se anticipan crueles, hostiles. Los personajes comparten varias cosas en común, entre esas cosas todos esperan el regreso del esposo, del hijo que desposó a la mujer joven y después partió de viaje. Y mientras esperan, estos personajes que no tienen nombre, descubren sus historias en cuentagotas y con refinamiento. Todo lo contrario de la brutalidad de los protagonistas de Los Cautivos, de Martín Kohan, los gauchos bárbaros que apenas saben que están vivos, que tienen nombre pero en nada los diferencia llamarse Maure o Tolosa, que desconocen el interior de la casa que cuidan y viven en la intemperie, alrededor de la casa y de un anhelo: que vuelva el patrón.

Y por último (yapa, sí) Para una autopsia de la vida cotidiana. Conversaciones. J.G Ballard. (Caja Negra 2015) Cuatro entrevistas para entrar en una parte de la obra de Ballard, un escritor clasificado en la ciencia ficción que fue adaptado al cine, que quiso ser médico y leyó con devoción manuales médicos para escribir, entre otras confesiones.

 

*Sebastián Chilano nació en Mar del Plata. Su libro Las reglas de Burroughs ganó el Tercer Concurso Nacional de Novela Laura Palmer no ha muerto, en el año 2012. Además, publicó Tan lejos que es mentira, Méndez y En Tres noches la eternidad. Además, junto a Fernando del Río escribió Furca, la cola del lagarto y su secuela, El Geriátrico.