Rosario Oyhanarte es una escritora argentina radicada en Europa que comenzó a contar historias de amor en su cuenta de Instagram, @rosiestips, y de pronto se encontró con que un sinnúmero de personas seguían sus capítulos, esperaban con ansias el siguiente y la alentaban a seguir escribiendo.
Periodista en sus inicios, en las redes sociales encontró el espacio apropiado para hablar de aquello en lo que cree y la sostiene: el amor. El boom llegó cuando escribió su propio encuentro con quien hoy es su marido, un jugador de polo reconocido en el ambiente. Desde entonces, publicó las novelas Mi marido y su mujer y El libro más lindo del mundo y el libro de relatos Rosie’s blossoms, que acaba de reeditarse a través del sello Vergara del Grupo Penguin Random House.
Con esta nueva aparición, en una cuidada edición con ilustraciones y material extra accesible a través de códigos QR, vuelven al público argentino algunas de las historias más conmovedoras y populares que la escritora compartió en sus canales, donde el amor no siempre es color de rosa, pero sigue siendo la rueda que mueve el mundo de las y los protagonistas.
A partir de la reedición de Rosie’s blossoms, Revista Leemos contactó a Oyhanarte para un breve diálogo sobre el impacto de estos relatos en el público argentino, esta vez, en un contexto diferente, ya que la primera aparición de este libro se había dado en pandemia.
–Tu vínculo con las lectoras argentinas es muy fuerte. ¿Te pasa con el público de otros países o pensás que las historias de amor que contás nos interpelan también desde algo relacionado con nuestra idiosincrasia, nuestra cultura?
-Después de las argentinas, las que más me leen son las uruguayas, lectoras que son muy cariñosas conmigo. Lo mismo en Paraguay, y en ambos países tuve la suerte de poder presentar mis novelas.
Pero, es cierto que el mayor vínculo es con las argentinas. Sin dudas, hay algo relativo a la idiosincrasia, especialmente en las historias que narro a través de mi Instagram. En las novelas no tanto. Por ejemplo, en Mi marido y su mujer no hay personajes argentinos. Yo creo que hay un ingrediente que tiene que ver con lo cultural pero también que aún no llegué a lectores de otras latitudes. ¡Espero poder hacerlo pronto!
–Con esta nueva edición de Rosie’s Blossoms, en un contexto diferente del principio de pandemia y con otras dinámicas en que la gente empieza a recuperar relaciones, ¿Te parece que esas historias de amor pueden ser leídas de otra manera?
-No tanto, porque la mayoría de las historias transcurren en tiempos anteriores a la pandemia, y versan sobre temas bastante atemporales. Además, creo que en gran parte ya volvimos a muchos modos prepandémicos… una hubiera creído que atravesar algo tan fuerte como fue el Covid-19 nos hubiera dejado más enseñanzas como humanidad, pero yo siento que nos olvidamos de todo bastante pronto.
–¿Por qué pensás que, a pesar de los cambios y las deconstrucciones, el amor romántico sigue siendo una fuente de inspiración tan fuerte para el arte en general y para la literatura en particular?
-Pienso que el amor es fuente de inspiración para el arte y la literatura porque es fuente de inspiración para la humanidad, es decir, es un tema universal, atemporal, siempre va a estar presente. Pueden cambiar algunos modos, podemos cuestionar ciertas prácticas y costumbres, pero el amor como tal mueve al mundo y así lo hace desde siempre. Sospecho que la humanidad siempre tendrá como tema al amor.
Ahora, si a este amor lo tildamos de romántico (con todo lo que esto implica), de rosa, de amor a lo Disney, es otra cuestión; es ahí donde se hace foco y donde nacen los cuestionamientos, pero el amor como tal va más allá de eso y es eso lo que inspira.