Este sábado 30 y domingo 31 de octubre se llevará a cabo el primer Festival Virtual dedicado íntegramente a Ricardo Piglia, el escritor nacido en Adrogué que vivió su adolescencia en Mar del Plata, donde se formó como lector. Se trata de una iniciativa que organiza la Secretaría de Cultura y que incluye tres encuentros coordinados por el escritor Patricio Zunini.
Las charlas contarán con la participación de autores, críticos y periodistas vinculados estrechamente a la obra de Piglia y se transmitirán en vivo por el canal de YouTube, Cultura MGP. La primera será el sábado a las 16 con la charla titulada “Ricardo Piglia, entre detectives y criminales”, de la que formarán parte Mónica Bueno y Pablo de Santis y será moderada por María Belén Marinone a través de la cual se abordarán algunos movimientos constitutivos de la obra del autor de Plata Quemada y Respiración artificial, entre muchos otros, partiendo de la idea que él mismo sostenía: “todo detective es un lector”.
A continuación, en el horario de las 17, se llevará a cabo la propuesta “Piglia y la máquina telépata”. La vida y la obra de Ricardo Piglia confluyen en mismo camino que se ve con una fuerza excepcional en los tres tomos de sus diarios. En este encuentro, Andrés Di Tella y Pablo Gianera hablarán de la manera en que esos libros modifican el resto de su universo y de cómo fue el proceso que llevó a publicarlos, cuando Piglia, afectado por el avance de una enfermedad que lo había dejado paralizado, continuó trabajando con la ayuda de una computadora.
Por último, el día domingo 31 a las 15, Zunini entrevistará al destacado novelista Alan Pauls sobre la impronta de uno de los autores más importantes de los últimos cincuenta años en la Argentina, en un encuentro que se titula “El factor Piglia”. En este marco, el escritor, periodista, guionista y crítico de cine propondrá algunas claves para leer e interpretar la obra de Ricardo Piglia, cuáles son sus libros más emblemáticos y cómo interviene en la política y la cultura, entre otros aspectos.
Ricardo Piglia tuvo una estrecha relación con la ciudad de Mar del Plata. Si bien es cierto que vivió aquí solo tres años, el escritor recordaba con gran nostalgia las tardes que dedicaba a la lectura en la biblioteca municipal, que a fines de los años 50 funcionaba en el palacio comunal de Yrigoyen y Luro.
Además, unos años antes de morir, el autor de Blanco Nocturno, había pedido a su familia que los libros que tenía en Mar del Plata fueran donados a la carrera de Letras de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Mar del Plata, ya que en vida había mantenido una fluida relación con varios docentes de esa carrera y, de alguna manera, quiso retribuir lo que recibió durante su adolescencia en la ciudad.
En sus diarios, Piglia recuerda que leyó “más en ese tiempo que el resto de mi vida. Estuve casi tres años en Mar del Plata y leí todos los libros y cuando me fui a estudiar a La Plata, en el verano del ´60, ya era otro; era el lector que soy ahora. Y muchas veces a lo largo de mi vida he vuelto a recordar la biblioteca de Mar del Plata, donde todo empezó para mí; con la sala tranquila, las enciclopedias en los estantes bajos de la izquierda y el reloj en la pared del frente, como si esa biblioteca fuera también para mí una forma de la felicidad”.