La literatura de terror crece año a año y lo que antes era considerado un género menor (bueno, como la mayoría de los libros que se enmarcan dentro de algún género) cada vez pisa más fuerte en los números de ventas y en la cantidad de lectores y lectoras que conquista en cada nuevo encuentro, edición o lanzamiento. Motorizado por los nombres de sus referentes, los reconocimientos que recibieron en los últimos tiempos y la implacable voracidad de sus seguidores, este género se reinventa constantemente.

Desde Revista Leemos, consultamos a Libros de la Arena por algunos de los títulos que forman parte de este segmento y que se imponen a fuerza de narrativa, con giros novedosos e historias atrapantes que nos dejan oscilando entre escondernos abajo de las sábanas o seguir leyendo hasta que pase el temblor.

Estas son las sugerencias:

Sesión en una tarde de lluvia, de Mark McShane (La bestia equilátera)

Sin dudas, uno de los clásicos imbatibles. Esta extraordinaria novela reporta 60 años de vigencia, conquistando a las nuevas generaciones a través de las numerosas adaptaciones a diferentes soportes y lenguajes. Editado por La Bestia Equilátera y con traducción de Teresa Arijón, la historia de Myrna Savage, una mujer con poderes extrasensoriales, nunca pasa de moda.

Ella trabaja como médium en Londres y vive penosamente, pero su objetivo es trascender, ganar fama en el campo de lo paranormal y transformarse en una espiritista célebre. Busca alcanzar la gloria a través de un crimen: junto a su marido secuestran a la hija de un millonario y mandan una carta de rescate. Apenas el caso llega a la primera plana de los diarios, Myrna visita a los padres y les promete encontrar a la niña sirviéndose de sus poderes telepáticos: imagina así demostrarle al mundo la grandeza de sus dones.

Pero esta la historia esconde la silenciosa eficacia de una trama donde hasta los actos cotidianos parecen revestidos de un trasfondo siniestro.

Nuestro mundo muerto, de Liliana Colanzi (Eterna cadencia)

Liliana Colanzi es una de las autoras bolivianas más destacadas de la nueva generación. Editada por Eterna cadencia, este volumen de cuentos propone historias intensas, con un estilo feroz y complejo y en el que las palabras encierran un sentido invisible.

Los protagonistas son una mujer en una misión de colonización en Marte, un joven poseído por el impulso asesino de un indio mataco, un chico que dice comunicarse con gente del espacio, una nana ayorea a la que le gusta comerse los piojos y asegura que los muertos nunca se van.

Entre la ciencia ficción, lo fantástico y lo pesadillesco, los cuentos de Colanzi recorren la idea de la muerte en las grietas del mestizaje, donde la idiosincrasia indígena y su historia de explotación chocan con la vida moderna y urbana.

Miles de ojos, de Maximiliano Barrientos (Caja negra editora)

Una novela diferente desde todo punto de vista. Entre weird fiction y la literatura pulp, el libro de otro autor boliviano, Maximiliano Barrientos, se lanza a una carrera alocada por la ruta, con sus personajes que huyen a toda velocidad mientras intentan entender los rituales de las tribus postapocalípticas guiadas por mutantes.

Un grupo de adoradores de la velocidad y el black metal intentan utilizar un auto deportivo de 1970 como instrumento ritual para liberar a una misteriosa entidad capaz de transfigurar el mundo. Altares con restos fósiles y fotografías de accidentes conforman el escenario en el que se ha convertido la ciudad boliviana de Santa Cruz.

Barrientos es autor de Fotos tuyas cuando empiezas a envejecer y obtuvo diferentes premios como el Nacional de Literatura de Santa Cruz gracias a la antología de relatos Diario.

Hay algo matando niños (VOL1), escrito por James Tynion IV e ilustrado por Werther Dell’Edera (Planeta Comic)

Este comic aborda de manera directa a aquellas teorías que terminan despertando hasta los miedos infantiles mejor sepultados. Una historia dura que empieza cuando en una fiesta de pijamas James se inventa una historia de terror en la que hay un monstruo que acaba haciéndose real y acabando con todos sus amigos.

Él es el único superviviente y todo el mundo apunta a él al señalar a un responsable. Pero una chica llega al pueblo de la nada, parece saber la verdad y hace lo que tiene que hacer: cazar monstruos.

Esta es una novela gráfica muy explícita, llena de momentos truculentos y donde pasa lo que el título indica. De manera que, con maestría y excelente dosificación de la información, esta serie (que ya tiene un volumen 2 y planea continuar) es para estómagos fuertes.