Las novelas policiales nunca pasaron de moda pero en estos tiempos de pandemia han subido un peldaño más en las preferencias del público lector.
¿Por qué? Es difícil dar una única respuesta, pero es muy probable que en estos tiempos de incertidumbre y contextos (sanitarios, sociales, políticos y económicos) inestables, el orden y la certeza que ofrecen las novelas policiales ejerzan de bálsamo: todos sabemos que al abrir sus páginas nos enfrentaremos con algún hecho negativo -probablemente un crimen- pero también tenemos la seguridad de que en las últimas páginas la verdad será revelada.
Las librerías ofrecen múltiples opciones a la hora de elegir libros nuevos de este género en sus múltiples variantes: desde el policial clásico hasta la novela de enigma, pasando por la novela negra o de suspenso, entre otras. Por eso, junto a Libros de la Arena elegimos tres novedades que tuvieron amplia aceptación entre lectoras y lectores en estos tiempos de pandemia.
A continuación, un breve resumen de cada uno:
Quirke en San Sebastián, de Benjamín Black (Alfaguara negra)
Arrastrado por su esposa Evelyn, el patólogo Quirke se va de vacaciones a San Sebastián y pronto deja de echar de menos el lúgubre y sombrío Dublín para empezar a disfrutar de los paseos, el buen clima, el mar y el txakoli. Sin embargo, toda esta calma bucólica se ve perturbada cuando un accidente algo ridículo lo lleva a un hospital de la ciudad. En él se cruza con una irlandesa que le resulta extrañamente familiar, hasta que finalmente cree reconocer en ella a una infortunada joven, amiga de su hija Phoebe. Si la memoria, o el abuso del alcohol, no le juegan una mala pasada, se trataría de April Latimer, presuntamente asesinada —aunque su cadáver jamás fue hallado— por su perturbado hermano en el transcurso de una sórdida investigación en la que el propio Quirke se vio implicado años atrás. Convencido de que no ha visto a un fantasma, insiste a Phoebe para que visite el País Vasco para salir de dudas. Lo que Quirke ignora es que la acompañará el inspector Strafford, por quien siente una aguda antipatía, y que, además, un asesino a sueldo muy peculiar emprenderá idéntico trayecto.
Quirke es el protagonista de la saga de novelas negras escritas por el irlandés Jonn Banville bajo el seudónimo Benjamín Black. Se trata del típico antihéroe del género, que arrastra una infancia dolorosa, con varios fracasos en su historial sexoafectivo y cierta tendencia a abusar del alcohol. Sin embargo, el escritor irlandés (quién ha reconocido disfrutar muchísimo cuando escribe bajo el seudónimo de Blac) logra convertirlo en un personaje entrañable y atrapar con sus historias en las que el humor y la acción no van en desmedro de la calidad literaria.
El manuscrito, de John Grisham (Plaza & Janes)
Cuando el huracán Leo se desvía de su curso previsto para dirigirse hacia Camino Island, en la costa de Florida, la mayoría de sus habitantes decide abandonar la isla. Solo un pequeño grupo de irreductibles elige quedarse, entre ellos Bruce Cable, el propietario de la librería Bay Books. El huracán avanza destrozándolo todo y dejando casas derrumbadas, hoteles y tiendas destruidos, calles inundadas y una docena de muertos. Uno de los fallecidos es Nelson Kerr, amigo de Bruce y autor de thrillers. Pero los indicios sugieren que la tormenta no fue la causa de la muerte de Nelson: la víctima recibió numerosos golpes sospechosos en la cabeza.
¿Quién querría matar a Nelson? La policía local está sobrepasada por los efectos del huracán y no se encuentra en condiciones de ocuparse del caso. Pero Bruce comienza a preguntarse si algunos oscuros personajes de las novelas de su amigo podrían ser más reales que ficticios. Y en algún lugar del ordenador de Nelson está el manuscrito de su nueva novela. ¿Estará allí, en negro sobre blanco, la clave del caso? Bruce empieza a investigar y lo que descubre entre sus páginas es más impactante que cualquiera de los giros de las tramas de Nelson… y mucho más peligroso.
El nuevo libro de Grisham -quien probablemente sea uno de los autores de mayor éxito de ventas (y más prolíficos) del thriler contemporáneo- es la continuación de El caso Fitzgerald, cuyo título original en inglés fue Camino Island. Publicadas bajo el slogan “Cuando los libros y el crimen cruzan sus caminos, el resultado puede ser fatal”, ambas propuestas cumplen con su objetivo de atrapar a quienes aman tanto leer como las buenas historias de crímenes.
El color de su piel, de John Vercher (editorial Motus)
Un joven negro birracial, que se hace pasar por blanco, debe enfrentarse a las mentiras de su pasado cuando su mejor amigo, recién liberado de prisión, le implica en un crimen de odio. Se trata de un thriller que plantea el debate más honesto, crudo y conmovedor sobre el racismo, la injusticia de la discriminación y el dilema de la identidad. Se publica tras un año de la muerte de George Floyd y el estallido del movimiento Black Lives Matter. Se trata de una maravillosa novela, trágica, breve, simple y profunda, tras cuya lectura el lector se convence de que hasta ahora no había entendido el verdadero significado de la palabra racismo.
En su primera novela, Vercher explora el tema de la identidad, la ética y los dilemas sociales tomando como base su experiencia de vida como estudiante birracial en los Estados Unidos de los noventa, una época marcada por las protestas en Los Ángeles y el juicio a O.J. Simpson.