Una inmigrante cubana que recuerda sus primeros fríos bajo la garúa marplatense mientras añora su amado sol caribeño.
Un gallego que demuestra que la lealtad no sabe de fronteras geográficas ni ideológicas.
Una nieta de inmigrantes italianos que recuerda las historias de la guerra que su nonna le contaba cuando era pequeña.
Un joven afrodescendiente que aprovecha las clases del programa de alfabetización “Ser parte” parte para contar su historia como emigrante en las playas marplatenses, tan lejanas de su Senegal natal.
Otra nieta que recuerda a su abuelo, en este caso un libanés, cuyo negocio se transformaría en el corazón de un pujante barrio multicultural en la Mar del Plata de hace más de medio siglo.
Estos son algunos de los personajes que pueblan -así como alguna vez lo hicieron con nuestras costas- la segunda edición del concurso “Valijas con historia”, organizado por la Municipalidad de General Puyrredon, a través de la Dirección Municipal para la Promoción y Protección de los Derechos Humanos.
El concurso, del que el pasado viernes se conocieron los resultados, tuvo como ganador a Juan Miguel Idiazabal, quien a través del relato “Olor a pan quemado” -un texto “con mucho sabor a poesía”, como resaltó el jurado Bernabé Tolosa al hacer entrega del premio- logró hablar de los grandes tópicos de la literatura -como son el amor, la soledad y la muerte, entre otros- y reflexionar sobre esa obstinada tendencia de la humanidad a darse segundas oportunidades…. en tan solo 3.600 caracteres.
El segundo puesto del concurso fue para Jennifer Watson O., una joven que bien podría haber elegido a sus propias valijas -llegadas desde Costa Rica hace menos de dos años- como protagonistas de su historia. Sin embargo, esta joven inmigrante se inclinó por una opción más osada tanto desde lo literario como lo conceptual y escribió Ácrono, un relato de ciencia ficción que sobrevuela los momentos fundamentales de nuestra historia, desde el viejo saladero de Cohelo de Meyrelles hasta nuestro presente, con constructores de castillos de arena, lobos de mar y músicos callejeros incluidos.
El tercer lugar fue para “Siete mares”, relato en el que Marta Álvarez se reencuentra con su abuelo vasco a través de los recuerdos que le despierta una vieja radio. “Una narración -afirma Tolosa- que muestra cuán poderosos pueden ser los recuerdos guardados por un niño y la fuerza de las sensaciones para con quien queremos”.
Como se recordará, el jurado encargado de seleccionar los relatos ganadores en la edición 2017 del concurso estuvo integrado por Gabriela Exilart –escritora y docente-, Miguel Monforte –periodista, escritor y realizador-, María Laguyás –docente-, Sonia Rawicki -titular de la oficina local de DD.HH.- y el ya mencionado Tolosa –periodistas y profesor de Letras-.
La entrega de los premios -que incluían una tablet para el trabajo ganador, una beca para el taller literario “Delapalabra”, de Marcela Predieri, como segundo premio y media beca para la misma propuesta literaria como tercero- se realizó durante un desayuno multicultural que tuvo lugar en el Club Portugués de Mar del Plata como parte de la conmemoración del Día de la Tradición.
Al hacer uso de la palabra, Rawicki agradeció a todas las personas que -por segundo año consecutivo- enviaron sus relatos al concurso, colaborando de esta manera con un proyecto que busca “rescatar todas aquellas historias personales, familiares o comunitarias que reflejan el perfil multicultural de nuestra comunidad”.
Rawicki anunció que en pocos días todos los relatos participantes estarán publicados en la web oficial de la Dirección de Derechos Humanos y confió en que a través de sus próximas ediciones el certamen “irá compilando cada vez más historias, de más diversos orígenes, hasta tener representadas a todas las culturas que nos enriquecen con sus costumbres y tradiciones”.