El libro de poemas Mujeres, artes y oficios, está escrito por las cordobesas María Teresa Andruetto y Silvia Barei y editado por comunicarte. Cuenta con ilustraciones de Mariana del Val, Liliana Menéndez, Mariana Costa, María Antonia de la Torre, Rosa González y Mónica Weiss.
En la primera parte de la obra, Andruetto se hace cargo de la sección “Palabras al rescoldo”, una serie de poemas que constituyen, en realidad, recetas muy especiales porque navegan entre las formas de prepararlas y pensamientos, unos pocos alegres, otros tristes, melancólicos, desgarradores. Algunos dan sensación de ser gritos, de esos que nacen en la desesperación pero mueren en la garganta o, como en este caso, salen en forma de poema. “El pan”, “Bagna Cauda”, “Mazamorra”, “Higos en almíbar”, “Pasas en grapa”, “Natilla perfumada”, son algunos de los títulos de la autora que parece utilizar la rutina de la cocina para exorcizar sus más profundos y oscuros sentimientos, para llamar la atención, para expresar, de alguna forma, que se siente atrapada entre ollas y sartenes.
En la segunda parte “Plegarias domésticas”, Barei transmite angustia y soledad en la serie de poemas “Todo bajo control, “La verdad de la milanesa”, Me importa un rábano”, “Loca de remate” y “Tela para cortar”, entre otros.
No es sencillo, en esta ocasión, hacer referencia a un ingrediente o receta, aunque forman parte esencial del libro. Por eso elijo el chocolate que, creo, tiene poderes qué van más allá de la razón y es capaz de señalar la luz en plena oscuridad, de reconfortar en un momento de soledad, de generar una sonrisa desde la profunda tristeza, de entibiar un corazón frío de golpes y desilusiones. El poema en cuestión dice:
“Espuma de chocolate”
Batir un manojo de claras
hasta que se vuelvan nieve.
Esparcirle azúcar
como una lluvia tenue.
Después
disolver chocolate
en manteca
y echar esa lava
caliente
a la espuma que crece.
Perfumar con oporto
o con otra bebida fuerte
y sentarse a esperar
que el amor,
ese Dios implacable,
te castigue
o te premie.
Espuma o mouse de chocolate negro
La espuma o mouse de chocolate es un postre clásico. Muchas familias tienen “su” receta de este dulce que se puede disfrutar en copas, con un poco de praliné por encima o como relleno de tortas o arrollados dulces. En esta oportunidad, la versión que voy a compartir es la de Andrea, una amiga de Revista Leemos y esta sección, quién lleva adelante, desde Francia, el blog http://www.assiette-argentine.fr/index.php/fr/
Para esta mouse (seis porciones) los ingredientes son: 50 g de crema de leche / 125 g de chocolate negro / 3 claras de huevo / una pizca de sal / 20 g de azúcar / 2 yemas
Para prepararla, primero cortar el chocolate en pedacitos y colocarlos dentro de un bowl. Luego calentar la crema y, cuando empieza a hervir, echarla sobre el chocolate.
Mezclar hasta obtener una crema chocolatada lisa y brillante. Reservar.
Preparar las claras a punto de nieve con el azúcar y la pizca de sal. Incorporar las yemas a la crema chocolatada y, luego, integrarle las claras, suavemente, con movimientos envolventes, hasta que quede una mezcla homogénea.
Disponer la mouse en vasitos o compoteras individuales y llevar a la heladera. Estarán listas con una hora de frío.
Hay tres “secretos” que Andrea comparte para que la mouse de chocolate sea aún más especial. Por un lado, para que el merengue salga bien firme recomienda comenzar a batir con una pizca de sal y agregar el azúcar en dos veces.
En segundo lugar, asegura que si al chocolate no se lo deja disolver totalmente con la crema caliente, al comer la mouse, en la boca se percibe una mezcla de texturas, la espumosa de la mouse y el crocante del chocolate.
Por último, sugiere una serie de sabores que se pueden combinar para que descubra el paladar: menta, copos de chocolate, y cáscara de naranja.
Y ya saben, si tienen algún problema, prueben con chocolate. Quizás no lo resolverá, pero seguramente los hará sentir mejor, al menos por un rato.