Suecia se encuentra posicionado como uno de los países con mejor calidad de vida del mundo, y si bien no es mi intención desmentirlo, me gustaría proponer una lectura que no lo vea tan así o que, por lo menos, se permita cuestionarlo.
Entre los años 2013 y 2017, Linda Boström Knausgård fue internada en varias ocasiones en un centro psiquiátrico y sometida, en contra de su voluntad, a terapia electroconvulsiva o de electroshock. Entre muchos de los tantos efectos secundarios se encuentra la pérdida de memoria y, a partir del relato en su libro Niña de octubre (Gatopardo Ediciones, 2021), llegamos a la pregunta clave del libro: ¿Qué es un escritor sin memoria?
“Me gustaría poder contarlo todo acerca de la fábrica. Ya no puedo. Pronto no recordaré mis días ni mis noches ni por qué nací. Solo puedo decir que estuve allí durante varios periodos de diversa duración entre 2013 y 2017 y que sometieron mi cerebro a tal cantidad de corriente eléctrica que estaban seguros de que no sería capaz de escribir esto.”
En Suecia es común que la psiquiatría recurra a este tipo de “terapia” para tratar diversas patologías, entre ellas, el trastorno bipolar que sufren tanto la autora como la protagonista del libro. Aún cuando la similitud entre la ficción y la realidad de la historia es muy grande, Linda insiste en que su novela no es autobiográfica sino que se basa en sus propias experiencias para hablar de la psiquiatría de su país.
Un buen dato a tener en cuenta, en cuanto a literatura escandinava en general, es que Linda Boström Knausgård fue pareja durante muchos años del autor noruego Karl Ove Knausgård, muy reconocido por su saga compuesta por seis libros titulada “Mi lucha”.
Linda pasa así de ser un personaje conocido por las obras de su marido a una autora consagrada y traducida en varios idiomas, contando su versión de muchos de los hechos que el autor noruego narró previamente en sus libros.

“Que luego hubiera grandes fracciones de tiempo que yo no recordaba no le importaba a nadie. Contraponían la pérdida de memoria al efecto de la terapia. ¿Y cuánto pesan los recuerdos? ¿Cómo se miden? ¿Cómo se valoran los recuerdos? Los recuerdos tenían un estatus muy bajo en la fábrica.”
La autora nos pasea, en primera persona, por las experiencias de vida de una protagonista que es escritora, madre y paciente psiquiátrica. Habla al lector, haciendo preguntas profundas que llevan a empatizar con su situación. Narra episodios dentro y fuera de la “fábrica” (apodo que da a la institución psiquiátrica) y detalla a cada uno de los personajes que se cruzan en su camino.
Por un lado, se encuentran los cuidadores de la institución psiquiátrica, con los que nos encariñamos por su trato tan humano hacia ella. Por otro lado su marido, quien deja de comprenderla en su enfermedad, y sus hijos, quienes son muy pequeños como para dimensionar lo que está ocurriendo a su alrededor.
En todo momento tenemos la sensación de leer a una persona que se reconstruye a partir de la escritura, un ejercicio que se le da con total naturalidad y fluidez, y que realmente la salva de las garras del auto-olvido. Muchos pacientes que reciben terapia de electroshock no recuperan la totalidad de sus recuerdos. Linda parece haber encontrado la manera de decirnos que escribir es un acto de preservación, de entender quienes somos y dejar constancia de lo que transitamos.
“Habría podido dejarlo ahí, pero voy a llevar esto un poco más allá, o tan lejos como tú y yo queramos. Siempre puedes abandonar este relato, y eso es lo que convierte este acuerdo en algo tan singular.”
Niña de Octubre es una obra dura pero no por esto difícil de leer. No nos pasea por los hermosos paisajes suecos, pero sí nos da una perspectiva particular acerca de cómo se trata el tema de salud mental en otras partes del mundo y de las diferencias culturales que podemos evidenciar en las relaciones de los personajes. La soledad, el aislamiento, el frío… son sensaciones que nos brindan los paisajes escandinavos, tanto como las relaciones que establecen los personajes en sus vidas.
Este mes pensé una temática distinta para mis notas de Viajes en papel y es por ello que presentaré Suecia en dos caras, comedia y tragedia. Les recomiendo leer la parte cómica, si es que aún no lo hicieron, siguiendo este enlace.